Hace unos 10 días, muchos mirábamos al Gran Premio de Brasil con impaciencia. Sebastian Vettel estaba muy lejos del título, 25 puntos, y Mark Webber era la principal opción para derrocar a Fernando Alonso. En Red Bull lo dejaron claro desde el principio, no habría órdenes de equipo y no las hubo. El doblete sabía bien en la escudería anglo-británica pero en España casi se daba las gracias. Red Bull da alas a Fernando Alonso titulaban. La carrera nos dejó esa sensación. Los ochos puntos de ventaja del piloro asturiano eran una bocanada de aire fresco para Ferrari.
Red Bull era superior a Ferrari, pero no tanto como para pensar que en Abu Dhabi el título era cosa de coser y cantar para Mark Webber. Todos pensábamos que el australiano era el principal candidato a luchar con Alonso. Los 15 puntos de desventaja eran una distancia muy grande. Totalmente equivocados. Y pensábamos que el papel de Vettel iba a ser de mero escudero.
En Abu Dhabi todos esperábamos las tácticas de equipo. Aún así, por una lado, Sebastian Vettel jugaba al despite y Christian Horner tampoco lo dejaba claro. Tengo tres días para pensar lo que haré comentaba Vettel. Por su parte el director del equipo dejaba entrever que si fuera necesario, sus pilotos sabrían lo que tenían que hacer. La carrera dictó sentencia.
Red Bull no tuvo que maniobrar para ganar la carrera. No tuvo que más que hacer su propia carrera. Ganaron el título de pilotos, él que no esperaban, y lo hacían con su piloto “número 1”, con el niño mimado como todo el mundo dice. Y sobre todo manteniendo su máxima de que en Red Bull no había órdenes de equipo. No las hubo y ni siquiera las necesitaron. Únicamente gana quien se merece ganar. Anteayer lo mereció Vettel. Si alguien dentro del box lo hubiese maquinado quizás no lo hubiera pensado así de bien.
Y ahora la reflexión del hubiera o hubiese. Como comentaba con un piloto durante la retransmisión de la carrera, los hubiera o hubiese no funcionan de nada, pero si en Red Bull se les hubiera ocurrido apostar por Mark Webber en lugar de dejar que todo ocurriese como tenía que ocurrir, ni la séptima posición de Fernando Alonso les hubiera servido para ser campeones del mundo. En resumen, a Red Bull todo le salió bien. Por cierto, eso no quita para que se lo merecieran con todas las de la ley. Tenían el mejor coche y dos de los mejores pilotos. Lógico que pudieran ganar. Así ha sido.
Por último todo esto podría tener consecuencias a corto plazo. El asiento de Mark Webber pende de un hilo. El australiano “pasó” de las celebraciones y no va a estar en los test del viernes y sábado, en este caso por cuestión médica. Pero más allá de eso, los rumores sobre un posible relevo aumentan, Jaime Alguersuari, Daniel Ricciardo…Sin ir más lejor en Yas Marina se pudo ver a Helmut Marko hablar largo y tendido con el piloto español. Quizás esté en un Red Bull probando los nuevos neumáticos Pirelli, y quizás no quede ahí todo.