Ya hace un par de semanas que el Copa de España de Resistencia visitó el trazado madrileño del Jarama. Sin lugar a dudas, este campeonato cuenta con la parrilla más heterogénea del panorama nacional ya no sólo en la propia Copa sino que las carreras soporte no hacen más que ratificar los dicho.
La Clio Cup, el Open de España de Prototipos (celebrado con los conocidos CM, Mitjet Series o Legend Cars) completan una parrilla llena de SEAT León de la Supercopa, Nissan 350z procedentes de una copa de circuitos disputada en Italia, Mini Challenge, Mazda MX-5 con origen en Portugal o exóticos coches de competición que no estamos acostumbrados a ver en la pista como el Hyundai i30 de Meycom, Hyundai Getz o el BMW 320d con el diesel como combustible.
Pero para entender el CER hay que partir desde las categorías. El campeonato está dividido en cuatro clases: D1, D2, D3 y D4, en función de su potencia máxima o la relación peso potencia.
Los D1 con menos de 160 CV o un relación peso/potencia inferior a los 6,1 Kg/Cv. Los D2 con menos de 220 CV o un relación peso/potencia inferior a los 4,7 Kg/Cv. Los D3 con menos de 260 CV o un relación peso/potencia inferior a los 4 Kg/Cv y por último los más potentes los D4 con una potencia inferior a 360 CV con una relación inferior a 3,5 Kg/Cv.
Para que la pista no sea una continua bandera azul, cada cita cuenta con dos carreras separadas. Una para los D1 y D2, y otra para los D3 y D4. En la categoría pequeña tenemos Hyundai Getz y Accent, Mazda MX5; en la D2, Clio Cup de varias tempordas, Mini Challenge, Hyundai Coupe; D3, Nissan 350Z, SEAT Leon con algunos años a la espalda o los Porsche 968 Cup con bastante más años y por último la D4 con los ya nombrados SEAT León Supercup de 2008, 2009 o 2010.
Eso en cuanto a las categorías. Cada fin de semana se celebran dos carreras de aproximadamente 50 minutos mientas que la última cita del año, celebrada en el Circuit de Catalunya, todos corren juntos en una carrera de dos horas de duración.
Fotos | Hunaudieres – Alejandro Gómez