Sin duda una de las paradas más exóticas y extravagantes, dicho sea de paso, de la Fórmula 1 se produjo en 1981 y 1982 con la celebración del Gran Premio de Las Vegas en las inmediaciones del hotel y casino Caesar’s Palace. Otros lo llaman Gran Premio de Caesar’s Palace. Prefiero decantarme por la primera opción ya que me parece más correcta siguiendo la denominación clásica y tradicional de carreras en el gran circo.
El trazado se asentaba en el inmenso aparcamiento del Caesar’s Palace, con la línea de salida situada en su entrada. Obviamente era un circuito temporal, aunque bastante ancho, lo que facilitaba los adelantamientos, con escapatorias muy amplias y rellenas de arena, y con un asfalto liso y uniforme.
El Caesar’s Palace se incorporó al calendario aprovechando que el circuito de Watkins Glen se caía del mismo. Éste fue visitado por última vez por la Fórmula 1 en 1980 y al año siguiente tomó el relevo la carrera de Las Vegas. Una medida que no resultó ser demasiado popular ya que el GP de Las Vegas sólo se celebró en 1981 y 1982. Varias son las razones que ocasionaron semejante desenlace.
Una de las más importantes, sino la que más, fue la escasa afluencia de público a la prueba. Si no hay espectadores, no hay dinero, y si no hay dinero, adiós Fórmula 1. Un detalle que últimamente está suponiendo la condena de circuitos que son historia viva de la competición.
Otro motivo que tampoco ayudó a esta carrera fue su localización. El intenso calor habitual del desierto del Mojave, donde se asienta la ciudad, castigaba mucho a los pilotos. Es famosa la escena de Nelson Piquet en 1981. Después de llegar a la meta en quinto lugar y hacerse con su primer título mundial, tardó como quince minutos en recuperarse del agotamiento.
Bajo estas líneas se muestra un mapa del trazado.
En este primer vídeo puede verse un resumen de la carrera de 1981. Casi al final se ve a Nelson Piquet muy fatigado después de acabar la prueba.
En este segundo vídeo se muestra un resumen de la carrera de 1982, última celebrada en dicho escenario.
Por último, el bonito duelo entre Andrea de Cesaris y Niki Lauda en 1982. ¡Qué tiempos aquellos! Yo aún ni había nacido…
Como nota final, decir que desde que el Gran Premio de Estados Unidos dejó de celebrarse en 2005, se ha rumoreado/especulado/fantaseado con un posible retorno de la Fórmula 1 al Caesar’s Palace. Es uno de los circuitos que se han contemplado para dicho gran premio, aunque no es uno de los favoritos para albergar esa carrera. Glamour, exotismo y espectacularidad seguro que no le faltan.