Tras la etapa del jueves, en la que Stephane Peterhansel se llevaba la victoria y se colocaba segundo de la clasificación general, ayer les tocaba a los favoritos pasar por los rigores del desierto. En este terreno tanto Nasser Al-Attiyah como Stephane se sienten mucho más cómodos que Carlos Sainz. El madrileño debía entonces confiar en su posición de salida, detrás de sus rivales para recortarles diferencias.
Los dos pilotos salían a por todas y el ganador de la edición 2010 debía apretar los dientes para poder recuperar parte del tiempo perdido en los primeros kilómetros de la etapa. Hasta el séptimo control de paso, el francés Peterhansel dominaba con mano de hierro en lo que parecía ser la repetición de la prueba especial de ayer.
Sin embargo, la suerte no está del lado de Mr. Dakar y volvía a sufrir problemas con los neumáticos en forma de cuatro pinchazos que le dejaban lejos de toda posibilidad. Además ha dado la casualidad de que los pinchazos se han dado todos en los últimos cien kilómetros, tal vez propiciados por el hecho de que Peterhansel había salido con las presiones muy bajas para atacar en las dunas.
La carrera quedaba en esos momentos en mano de Nasser. El qatarí se iba a encontrar con una desagradable sorpresa. Carlos Sainz llegaba remontando desde atrás y ya había conseguido superarle en casi un minuto de diferencia. El español tampoco iba a tener demasiada suerte y también pinchaba casi al final de la etapa. Al final, Sainz arañaba algunos segundos y dejaba la diferencia en los 2 minutos y 42 segundos.
Por su parte Carlos conseguía aventajar a Peterhansel en casi 12 minutos y medio que se ha visto superado por los otros dos Volkswagen, Ginniel de Villiers y Mark Miller, que se han situado tercero y quinto respectivamente. Ahora hay que ver si llega el resto del pelotón español a buen recaudo.