Ingeniero aeronáutico, ex piloto de carreras y constructor de motores de alto desempeño, Brian Hart fue todo un personaje dentro del mundo de la competición. Lamentablemente, la muerte lo alcanzó el día de ayer en Enfield, Reino Unido, y ya no estará entre nosotros enseñándonos que sí se pueden hacer maravillas con muy poco presupuesto. Para el recuerdo quedará su visión en el diseño, construcción y desarrollo de motores para que muchas escuderías de Fórmula 1, en peligro de extinción, se mantuvieran en actividad.
Como piloto, dejó sus registros en la Fórmula 2 y en la Fórmula 3, también realizó una breve pasantía por la Fórmula 1 en el año 1967, en la época donde se podía soñar, cuando era posible participar con un chasis artesanal y un modesto motor Ford Cosworth V8. Sin embargo, la verdadera pasión de Hart fueron los propulsores. En 1971 decidió crear su propia compañía, Brian Hart Ltd, con el objetivo de modificar los motores Cosworth para actualizarlos según sus propios criterios. Los éxitos fueron inmediatos, en 1972, el gran Mike Hailwood logró el título de la Fórmula 2 con un Hart-BDA y luego, en 1980, Brian Henton logró la misma hazaña con un Toleman-Hart. En la Fórmula 1 fue muy popular porque sus propulsores resultaron "salvavidas" para equipos de media tabla que no podían aspirar potentes motores oficiales, es así como se recuerda su asociación con las escuderías Toleman, RAM, Tyrrel, Minardi, Jordan y Arrows.
Vía | speedweek