Seguramente, con el paso de los años las imágenes que véis en la portada de este post pasarán inevitablemente a la historia de un final de temporada 2008 que nos ha dejado grandes momentos en nuestra memoria. Pero para ir cerrando un poco el telón, me gustaría hablar de algo que me impactó muchísimo en la carrera de Interlagos: el público.
Casi una hora antes de empezar la carrera, cuando los pilotos estaban haciéndose la foto de cierre del Mundial, el ambiente que se vivía en Interlagos, supongo que multiplicado por diez respecto a lo que nos llegaba por la señal internacional de la televisión, era absolutamente impresionante. Por momentos, el ensordecedor "Oe oe oe oe, Massa Massa" me trajo inevitablemente a la mente aquellos maravillosos años en los que en Brasil se entonaba el mismo canto, pero con el nombre de otro piloto brasileño: el de Senna.
La verdad es que siempre me han dicho que vivir un Gran Premio en Brasil es de lo más increíble por la pasión que le pone el público, y desde luego, después de lo visto el pasado domingo, estoy absolutamente convencido que así es. Lástima que toda esa gente no pudiera completar la fiesta, y eso que lo tuvieron en la punta de los dedos. ¿Os imagináis lo que hubiera sido que un brasileño ganara el Mundial en casa cuando parecía imposible? La fiesta todavía duraría a día de hoy. En cualquier caso, un diez a esos locos aficionados brasileños, entre los que algunos se dejaron una mensualidad por estar allí.