Bernie Ecclestone todavía no está convencido del potencial de la nueva Fórmula 1, de allí que, junto a Dietrich Mateschitz, propietario de la firma Red Bull, esté planificando invertir en la GP2 para darle un vuelco a la categoría y proyectarla como competencia directa de la Fórmula 1. Ecclestone cree que las nuevas reglas intentan devaluar a la Fórmula 1 hasta dejarla en manos de los grandes motoristas, opinión que también comparte Mateschitz.
En declaraciones para Sky Sports, Ecclestone añadió que mientras los grandes equipos inclinen la balanza en las decisiones del grupo estratégico, los demás estarán subordinados debido a factores extra deportivos. Por tal razón, si las escuderías más poderosas se niegan a consentir un tope de presupuesto, se estaría allanando el camino a la figura del coche cliente, un negocio donde la venta de motores y chasis será muy rentable para unos pocos privilegiados; es decir más poder para los que tienen el poder. Situación que no es del agrado del señor Ecclestone.
Con respecto a la carrera de Baréin, Ecclestone manifestó que fue un espejismo pues si el coche de seguridad no aparece, se habría repetido la historia de Australia y Malasia. También criticó la falta de temple de Jean Todt para imponer el tope presupuestario cuando es obvio que los grandes equipos desean la desaparición de los pequeños. Ante el conflicto de poderes que se avecina, Ecclestone cree que tomar una categoría como la GP2 Series, donde se compite con monoplazas baratos, competitivos, convencionales y casi tan rápidos como los actuales Fórmula 1, puede resultar más atractiva para el público si se gestiona de una forma adecuada.
Ya tiene en mente cambiar el nombre a GP1 o a Súper GP (ambas marcas registradas por él), así que la cuestión va en serio.
Vía | grandprix247
