Quizás a muchos os parezca imposible que un coche que pese 2295 kilogramos, por mucho que lleve el nombre de GT, pueda convertirse en un coche de carreras. Pero en esta vida todo puede ocurrir. El fichaje de Graham Humphrys, diseñador del exitoso BMW V12 LMR, por parte de Bentley ha hecho que salten los rumores sobre la posibilidad de que el fabricante británico, propiedad del grupo VAG, desarrolle un coche de competición.
La idea sería utilizar el único modelo de su gama que podría tener una versión de competición para desarrollar un programa de carreras-cliente, el Bentley Continental GT Supersports. El coche se desarrollaría para reglamentación GT3 aunque esa opción les dejaría, al menos de momento, fuera de Le Mans, prueba con la que Bentley tiene una relación especial. Debido a lo especial de la categoría GT3, permitiría a los británicos utilizar los dos motores disponibles en el Continental GT, el V8 y el W12. Pero todo esto es un proyecto a largo plazo ya que Bentley podría esperar a sacar el nuevo modelo, que utilizará la base de la segunda generación del Porsche Panamera.