Análisis técnico del Istanbul Park

El circuito de Istanbul Park es conocido fundamentalmente por su Curva 8 y las demandas que se derivan de la misma. A grandes rasgos, es un circuito en el que se gira en el sentido contrario a las agujas del reloj, por lo que el neumático delantero derecho sufre especialmente con los sucesivos giros a sus 5.388 m.

Aunque se trate de un circuito con la firma de Tilke, es probablemente el menos Tilke de todas sus creaciones, y no en vano muchos pilotos no se cortan al compararlo, salvando las distancias, con todo un mito como Spa-Francorchamps.

Istanbul Park ofrece una seductora mezcla de curvas lentas y rapidísimas, y a diferencia de lo que siempre sucede en los circuitos Tilke, no dispone de largas rectas, y el único tramo asimilable a una de esas interminables rectas es el que va entre la salida de la curva 10 y la frenada más fuerte del circuito, en la curva 12, punto de frenada donde siempre se pueden ver adelantamientos.

Esa combinación de curvas hace que el set-up del monoplaza sea el resultado de tomar el compromiso necesario entre unas suspensiones lo suficientemente duras como favorecer los cambios de dirección rápidos en las curvas de alta velocidad, y lo suficientemente blandas como para garantizar un buen grip mecánico en las zonas lentas.

La configuración aerodinámica empleada en Turquía es de carga media, pues aunque haya curvas de muy alta velocidad, el poder alcanzar una velocidad óptima en la Curva 8 es fundamental para el tiempo por vuelta. Además, hay zonas del circuito (entre las curvas 3 y la 5, y entre las curvas 12 y 14) donde el grip mecánico es más importante que el aerodinámico.

La estrategia habitual en la pista turca suele ser de dos paradas.

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