El sueño duró... pues bien poquito, la verdad. El subidón experimentado ayer en la sesión clasificatoria, empezó a aliviarse ya en la misma salida, cuando Felipe Massa pasó a Fernando en una mejor salida del Ferrari del brasileño. Todos sabíamos que Massa acabaría delante de Alonso, pero pensábamos que el asturiano lo podría aguantar en esa primera curva.
Pero lo peor de todo para Fernando fue que, si tenía alguna opción de conservar sus aspiraciones al podium, las mismas empezaban a torcerse con la salida del primer Safety Car: se suponía que Alonso iba ligeramente más descargado que el resto, y tenía que aprovecharse de esa ventaja en el primer stint de la carrera, pero claro, con el Safety en pista...
La parte positiva de todo era que, pese a las adversidades, Fernando podía aguantar el ritmo de los Ferrari mucho mejor que en las carreras anteriores, y eso tiene que ser un indicativo de que el coche ha mejorado, definitivamente. Acabando la vuelta 16, Fernando fue el primero en entrar a boxes, tres vueltas antes de que empezaran a parar el resto de pilotos en cabeza. No iba tan descargado como muchos nos querían hacer creer.
Pero con todo y con eso, en esa primera parada perdió la posición con Hamilton y Kubica, y lo mismo hubiera pasado con Kovalainen de no ser por el accidente de este último. Pero bueno, nadie dijo que iba a ser fácil, y Fernando seguía manteniendo el tipo esperando que alguna de las muchas cosas que estaban sucediendo en pista le beneficiaran. Pero no, el destino le señalaba como protagonista de los sucesos en la vuelta 35, en la que el motor del asturiano dijo basta.
En cualquier caso, este fin de semana tiene que ser un punto de inflexión en la temporada de Renault. Puede parecer que ha sido un desastre absoluto (que mirando el resultado final, lo ha sido), pero no debe olvidarse que por primera vez los dos pilotos se han metido en la Q3, y por primera vez Fernando Alonso ha generado dudas en los pilotos de delante. Ese es el camino a seguir.