Dicen que tras la tempestad llega la calma, y tras un GP de Hungría de lo más agitado, el jueves fue de lo más tranquilo en Estambul, ya que los pilotos de McLaren ni siquiera se acercaron por el circuito turco. Sin embargo, ayer viernes, todo volvió a la normalidad en el seno del equipo de Woking. Es decir, polémica y más polémica.
Y en este caso el protagonista incendiario fue Alonso. A pesar del encuentro del jueves en un hotel de Estambul para intentar aclarar las cosas entre ellos, parece más que evidente que el piloto español se la tiene jurada a Lewis Hamilton. Ayer se apresuraba a comentar que el británico le había llamado el lunes siguiente a Hungría para pedirle disculpas. Eso sí, Alonso aclaraba que él no se había disculpado porque no tenía ningún motivo. Y lo cierto es que aún teniendo razón en eso, quizás el asturiano habría sido más elegante no haciendo esa matización. Aunque el asturiano insiste en que no tiene ningún problema personal con Lewis, lo cierto es que la tensión se corta con un cuchillo.
Y en cuanto a su continuidad en McLaren, pues un poco más de lo mismo. "No sé donde correré la próxima temporada, es imposible saberlo", comentaba ayer Alonso, que sigue sembrando de incertidumbre su futuro, aunque no aclara si quiere o no continuar en un equipo donde aún le quedan dos años más de contrato.
Eso sí, el dos veces Campeón del Mundo les recordaba a los máximos responsables de Woking su tremenda aportación a la escudería. "Me acuerdo cuando probé el coche en diciembre cómo iba ese coche; y cómo iba en Australia; esas seis décimas que he traído yo", comentaba ayer Alonso, que aseguraba no sentirse recompensado por un equipo al que ha situado al frente del Campeonato tras unos años de tremenda sequía.
Vaya, que veremos qué tal van las cosas este fin de semana, que creo que pintan 'en rojo', y en el tramo final de la temporada, pero el matrimonio Alonso-McLaren parece condenado a la ruptura y lo deseable sería que fuera lo menos traumática posible y, si puede ser, con el tercer título mundial en el bolsillo para el asturiano.
Vía | Marca