El cuatro veces Campeón del mundo manifestó que la proliferación de pilotos de pago no debería escandalizar a nadie pues la actual Fórmula 1 es primeramente un negocio. En la reciente temporada, unos cuantos pilotos perdieron el tren al no poseer recursos financieros, en cambio otros, que inicialmente no estaban en ninguna planificación, como el caso de Max Chilton y Giedo van der Garde, aparecieron con un gran apoyo económico, en Marussia y Caterham respectivamente, y pudieron competir todo el año.
Agregó que la misma situación se ha repetido luego de culminar el campeonato de este año. Muchos pilotos adinerados resultan favorecidos en tanto se sacrifican las trayectorias de los experimentados, los promisorios o los establecidos. Aunque Martin Whitmarsh ha resultado una excepción pues se atrevió a ascender hasta la titularidad al danés Kevin Magnussen, sin intervención financiera, por sobre la opción del mexicano Sergio Pérez, quien tenía unos cuantos millones de dólares sobre la mesa.
Yo fui director de escudería, y padecí dificultades financieras, así que en estos casos no puedo tirar la primera piedra. Cuando se tiene a dos pilotos en un nivel más o menos equivalente, se le otorga prioridad al que trae dinero, es algo obvio. Pero también creo que el problema viene de la base, de las categorías inferiores. El hecho de que también muchos pilotos cuentan con el suficiente dinero para permanecer muchos años en las categorías inferiores, una razón que impide a otros pilotos llegar. En este sentido, ya no estamos en condiciones de juzgar quién es el piloto correcto. El sistema debe ser reformado desde la base. Por ejemplo, es injusto que un piloto como Pastor Maldonado permanezca cinco años en la GP2 antes de llegar a la Fórmula 1. Se necesita una gran cantidad de dinero para hacer eso, allí radica la raíz de la situación.
Vía | toilef1