Si ayer el equipo McLaren-Mercedes naufragaba en una clasificación pasada por agua, hoy las cosas no han ido mejor en la carrera del Gran Premio de China. Sin tiempo a poner a secar las velas, ni Jenson Button ni Kevin Magnussen consiguieron meter el monoplaza en los puntos. Un undécimo y décimo tercer puesto fue todo lo que consiguieron.
Jenson Button optó por la estrategia más conservadora, poniendo el juego de neumáticos blandos al inicio para luego pasar a los dos compuestos más duros. Fue el primero en entrar en box debido a los problemas de graining en los delanteros pero con los siguientes tampoco consiguió un ritmo que le permitiese remontar posiciones.
Su vuelta rápida estuvo a casi tres segundos de la mejor de carrera, lo que es un verdadero mundo. Intentó arrebatarle la décima posición a Daniil Kvyat y así conseguir el menos un punto, pero le fue imposible.
Para Kevin Magnussen la carrera no fue mucho mejor. Con una estrategia diferente, optó por salir con la opción más dura y aguantar hasta la vuelta 17 con este juego antes de poner los blandos. Curiosamente con los blandos estuvo 16 vueltas antes de hacer la última parada.
Su tiempo de vuelta fue más rápido que el de su compañero, aunque a más de dos segundos de la vuelta rápida de carrera. Tanto Button como Magnussen están de acuerdo de que el mayor problema del McLaren-Mercedes es su falta de agarre. Los problemas de aerodinámica son muy acusados y el coche, sobre todo en la parte delantera, no es capaz de mantenerse en la línea correcta.
En esta ocasión no fueron los peores monoplazas propulsados por Mercedes gracias a los problemas de Felipe Massa en la primera parada con su rueda trasera izquierda. Si no, de nuevo hubiesen sido los farolillos rojos con un motor que está llevando al resto de los equipos más allá de lo que nos tienen acostumbrados y de forma constante.
Mucho trabajo en Woking estas tres semanas antes del Gran Premio de España.
En Motorpasión F1 | Gran Premio de China