La actuación del piloto alemán en la complicadísima carrera en Mónaco estaba siendo de Matrícula de Honor. Tengamos en cuenta que Adrian Sutil llevaba el que probablemente sea el peor monoplaza de la parrilla. Tengamos en cuenta que Adrian Sutil salía desde la 18ª posición de la parrilla. Tengamos en cuenta que en la vuelta 61, cuando Rosberg provocó la salida del segundo Safety Car, Adrian Sutil estaba en una confortable cuarta posición, a una considerable distancia de sus perseguidores, Raikkonen y Webber.
Pero Sutil no estaba allí por casualidad. Vale que ayudó su larguísimo primer stint, pero es que mientras los monoplazas que tenía por delante iban sufriendo incidentes varios y tenían que entrar a boxes a cambiar alerones y neumáticos, Sutil aguantaba con firmeza su delicado Force India en el resbaladizo trazado monegasco, escalando plazas poquito a poco, y asomando la cabeza en la 7ª posición ya en la vuelta 15.
Y el alemán no sólo aguantó en mojado con sus intermedios, sino que con esas mismas gomas se permitió el lujo de marcar dos vueltas rápidas consecutivas cuando la pista empezaba a mejorar allá por la vuelta 36. En esos momentos tan delicados, eso es una demostración de muchas narices. Sutil paró en la vuelta 53 para cambiar a secos, ya que el carril en las calles de Mónaco era ya evidente, y con el paso de las vueltas seguía en esa 4ª plaza, rodando en todo momento como si llevara un coche puntero.
Pero ese Safety de la vuelta 61 fue lo peor que le podía pasar a Sutil, que no sólo se merecía esa cuarta plaza que se había ganado con valentía y buenas manos, sino que incluso me atrevería a decir que se hubiera merecido que uno de los tres de delante se llevara un susto que le abrieran la gloria del podium. Pero, cosas de la Fórmula 1, la carrera sin errores de Sutil a bordo de un justísimo Force India acabó por culpa de un error monumental del Campeón del Mundo que no pudo controlar su todopoderoso Ferrari.
¡Qué injustas son a veces las carreras! Pero para mí, el gran héroe de Mónaco 2008 ha sido Adrian Sutil, sin duda alguna. Este es el Sutil que nos imaginábamos el año pasado, y esperemos que siga así, porque en lugar de hundirse, esta actuación debe hacerle coger mucha moral de cara al futuro.