Fernando Alonso consiguió una estupenda victoria en el pasado Gran Premio de Gran Bretaña, contra todo pronóstico y además con una actuación en la pista que estuvo al máximo nivel durante toda la prueba, neutralizando el ritmo de los Red Bull y en gran parte de la prueba mostrándose más rápido que los dos monoplazas dominadores. Incluso con una diferencia de ritmo más que abultada que nos sorprendió a propios y extraños.
No nos sorprende, creo, la capacidad de Alonso para mantener un ritmo elevado durante muchas vueltas porque eso lo hace siempre con todo lo que el monoplaza le puede ofrecer. Estamos acostumbrados a escuchar cómo saca jugo de lo que tiene entre manos, pero dar un salto cualitativo tan grande desde el punto de vista del espectador nos deja un buen sabor de boca. Y lo mejor es que ha conseguido su victoria número 27, las mismas que consiguió Jackie Stewart en su carrera deportiva y que fueron un récord absoluto durante muchos, muchos años. Esto tiene un significado, para mí, que va más allá de los números: entra dentro de lo mejor de la historia de la Formula 1.
Para los fanáticos de los números, 27 victorias no son más que calderilla comparadas con las 91 de Michael Schumacher. Para ellos, el post acaba aquí porque ningún argumento hará que brille el número 27 por ningún lado. Pero hay una serie de factores que nos hacen seguir adelante y comentar por qué es especial haber llegado a las 27 victorias en Formula 1.
Lo especial de las 27 victorias
Para empezar, Fernando Alonso es el máximo representante español en la Formula 1 en toda la historia. Por eso, cada punto, victoria y (esperemos) campeonato tiene un sabor especial, de récord absoluto y difícilmente igualable a medio plazo por otro piloto nacional. Es, si me permitís la licencia, como Carlos Sainz en los rallyes: pasarán años antes de que otro español logre lo que Sainz consiguió durante su etapa en los rallyes. Alonso consiguió 27 victorias y es inigualable a medio plazo (¿5 años?), y cada victoria que consiga a partir de ahora será más celebrada. O debería.
Jackie Stewart es considerado por muchos una leyenda viva de la Formula 1, y como sabéis si me habéis seguido estos años, lo sitúo muchas veces en el número 1 de mis pilotos preferidos de todos los tiempos. Siempre me pareció el campeón por excelencia por la época en la que corrió, por los títulos que consiguió y por las victorias que tuvo (y dónde las tuvo). Ya solo por eso, igualar las victorias de una figura de este calibre es motivo más que suficiente para dedicar un artículo.
Otro punto importante es la importancia de una victoria en Formula 1. No importa la época, vencer es siempre algo que no todos los pilotos pueden conseguir. El coche importa y mucho, pero siempre ha importado y eso para mí anula la razón de que “el coche es lo principal”. Desde las victorias de Fangio (nadie duda de sus victorias), pasando por la época de Stewart, por la época Prost/Senna con el McLaren MP4/4 (a años luz del resto), por la hegemonía Williams-Renault, Bennetton-Renault, Renault, Ferrari, McLaren de nuevo… RedBull hoy, el coche ganador siempre ha tenido un piloto ganador, y viceversa. Con esto quiero desmontar los argumentos de que el coche es el que gana: no veo a nadie quitando méritos a Ayrton Senna cuando su coche iba a años luz de los demás. Ah, que en la época de Toleman hizo bolillos. Si, y eso diferencia a los grades pilotos de los grandísimos y si leemos entre líneas entendemos qué quiero decir.
Lo que queda por delante
No vamos a repasar de nuevo la historia de Fernando Alonso en la competición, los datos, las carreras, están ahí fuera. Lo que sí quiero es que esto sirva de homenaje al hecho de haber logrado ganar 27 veces en una disciplina negada para los españoles durante demasiados años. Anteriormente no hubo nadie que destacase de manera tan continuada, el mejor fue Pedro de la Rosa en cuestión de puntos, y luego llegó Fernando Alonso y consiguió puntuar, consiguió hacer una pole, consiguió una victoria, hizo vueltas rápidas, fue campeón, bicampeón… y hoy con un Ferrari en inferioridad relativa consigue dar un golpe de efecto en Silverstone (circuito poco favorable) y vencer.
Solo me queda decir que cuando parece que todo va muy mal, aparece lo mejor de este piloto y brinda una victoria al equipo, a los aficionados y a todo el mundo que la quiera apreciar. Y se da la casualidad que lo hace cuando se conmemoran 60 años de la primera victoria de Ferrari, que iguala el 27 legendario de Jackie Stewart y que lo hace con el número 5, como él…
Que en 2011 consiga el título o no lo consiga me parece irrelevante. No creo que haya nadie en posición de defender que podría hacer más con lo que tiene o sabe. Y tampoco me importa que se defienda eso (habida cuenta de los aficionados que a día de hoy se ríen cuando tiene un error, o se alegran cuando no vence). Ya sabéis que esto es un blog y siempre doy mi opinión, y el día que no pueda hacerlo tomaré otro camino donde se pueda hacer.