Que Estados Unidos es un país de contrastres es algo que a estas alturas muy poca gente duda. Quizás una de más particulares es la defensa a ultranza que hacen de los suyo, de lo "Made in USA". Un claro ejemplo se ha vivido esta misma semana. Tras finalizar la segunda carrera de la temporada, Denny Hamlin, realizó unas declaraciones en el mismo pit-lane en las que se quejó del nuevo vehículo, el Gen6, afirmando que no es tan bueno como su predecesor. El piloto de Joe Gibbs Racing reconoció que el nuevo coche se asemeja al estado inicial de su predecesor y que de momento los equipos no han sido capaces de sacar lo mejor de el. Por ello, su tercer puesto en la carrera se debía a la estrategia y no a posiciones ganadas en pista. Unas declaraciones que en ningún momento podríamos calificar de explosivas ni de crítica pura y dura.
Aún así, la NASCAR tiene un código de conducta muy estricto y sanciona toda aquella declaración, o acción, que pueda ir de detrimento de la competición. Por ello, Denny Hamlin ha recibido una sanción de 25.000 dólares. Una sanción bastante severa a tenor del grado de las críticas. A Hamlin no le ha gustada nada la sanción y ya ha informado de que no va a pagar la multa. Para el piloto no es la primera multa de este tipo ya que en 2010 recibió una sanción de 50.000 dólares por quejarse, vía twitter, de la aparición de periodos de caution fantasmas (o lo que es lo mismo, que la NASCAR paraba las carreras para aumentar el espectáculo).
Vía | USA Today