El Ford Puma se ha convertido en la estrella de Ford en Europa. Es España, fue el coche más vendido de la marca en 2023, con 9.997 unidades matriculadas, y eso que en términos automovilísticos es todo un veterano porque se presentó en 2019.
Es suficiente tiempo como para que Ford lo ponga al día, y eso es lo que ha hecho justo después de hacer lo propio con el Kuga. Por fuera no cambia demasiado, al fin y al cabo, es un coche que sigue funcionando bien a nivel de ventas, por lo que solo ha necesitado unas pinceladas para actualizarse. Sin embargo, por dentro es un Puma casi totalmente nuevo.
Apuesta total por la hibridación ligera, antes de que llegue el eléctrico
Han pasado cinco años desde que Ford recuperó el apellido Puma, pero no para dar nombre a un nuevo coupé, sino para crear un crossover urbano que, con el tiempo, ha acabado comiéndole la tostada a toda una leyenda de la marca: el Fiesta.
De hecho, el Puma se ha convertido en uno de los coches que más peso tiene para Ford, por eso, la marca del óvalo es consciente de que no puede descuidarlo y no ha querido esperar hasta final de año, que es cuando llegará su variante 100% eléctrica denominada Puma Gen-E, para actualizarlo.
Al primer vistazo cuesta encontrar las diferencias entre esta actualización del Puma y el modelo anterior porque su aspecto exterior apenas cambia. Ford ha querido respetar el diseño de su pequeño SUV y solo podemos hablar de un frontal ligeramente rediseñado con nuevos faros LED que ahora van unidos por una franja LED, y el nuevo emblema de Ford que estrenó hace unos meses el Ford Explorer.
Además, se amplía la paleta de colores exteriores con seis nuevos tonos, crece el catálogo de llantas de aleación con opciones de entre 17” y 19”, y hay más diferencias a nivel estético entre el acabado Titanium y los ST-Line y ST-Line X de enfoque más deportivo. Otra de las novedades es la proyección del logotipo Puma en el suelo al entrar y salir del coche.
Dentro, los cambios saltan a la vista. El Puma sigue el mismo camino que el Focus y el Kuga incorporando dos enormes pantallas, una de 12,8” para el cuadro digital y otra central de 12” para el sistema multimedia y el climatizador porque los mandos físicos que tenía el modelo anterior pasan a mejor vida, a pesar de que eran muy útiles.
Los únicos botones físicos que se mantienen en la consola central son tres accesos directos para apagar el sistema Start/Stop, acceder a las cámaras de aparcamiento y desempañar los cristales. También sigue habiendo una ruleta para regular el volumen y apagar el multimedia.
Otra de las cosas que mantiene es el freno de mano de toda la vida. En cambio, el sistema de infoentretenimiento es el SYNC 4 que ya utilizan sus hermanos mayores, el Focus y el Kuga. Es más rápido y ofrece mejor conectividad, incluyendo Apple CarPlay y Android Auto sin cables.
En términos de espacio no hay cambios y también mantiene el MegaBox, un espacio de carga situado bajo el piso del maletero que amplía mucho la capacidad y cuenta con un desagüe, por si es necesario lavarlo, por ejemplo, después de guardar unas botas llenas de barro. Con este hueco, el maletero tiene 456 litros de capacidad.
Si hablamos de la gama mecánica, sigue utilizando los mismos motores que hasta ahora, todos tricilíndricos EcoBoost de 1.0 litros turboalimentados y con hibridación ligera, por lo que tienen la etiqueta ECO de la DGT.
El Puma menos potente utiliza el 1.0 EcoBoost de 125 CV y puede combinarse con un cambio manual de seis relaciones o con uno automático Powershift de siete marchas. Por encima está el 1.0 EcoBoost de 155 CV, únicamente disponible con la transmisión automática Powershift de siete velocidades.
El tope de gama sigue siendo el ST con motor 1.0 EcoBoost de 170 CV, también ligado al mismo cambio automático. En todos los casos, el Puma es tracción delantera.
Aprovechando la presentación del nuevo Puma, Ford ha confirmado que el Puma completamente eléctrico se llamará Puma Gen-E y verá la luz a finales de este año, por lo que debería llegar a las calles a principios de 2025.