Ford y Google han anunciado una asociación estratégica que durará seis años para acelerar el desarrollo del coche conectado.
Según ha explicado la marca del óvalo, ambas compañías trabajarán codo con codo y a partir de 2023 "millones" de vehículos Ford y Licoln contarán con Android y las aplicaciones y servicios Google integrados.
El coche conectado promete menos distracciones, aunque es un smartphone con ruedas
Ford y Google pretenden minimizar las distracciones del conductor con cada vez más funcionalidades (algo que resulta un poco contradictorio) y mantener el vehículo siempre actualizado de forma remota:
- Asistente de Google. Los conductores pueden mantener la vista en la carretera y las manos en el volante, ejecutando comandos solo con la voz.
- Google Maps como la navegación principal de los vehículos. Permite información sobre el tráfico en tiempo real, cambio de ruta automático o guía de carril entre muchas otras funcionalidades.
- Google Play. Los conductores tendrán acceso a sus aplicaciones favoritas para escuchar música, podcasts, audiolibros y más. Estas aplicaciones están optimizadas e integradas para su uso en vehículos.
Google Cloud será la nube de Ford
Esta asociación también incluye a Google Cloud como proveedor de Ford para su nube; el lugar al que va y se almacena toda la información que recopilan los vehículos.
Así, a partir de finales de este año, Google ayudará a Ford a aprovechar las tecnologías de inteligencia artificial, aprendizaje automático y análisis de datos de Google Cloud para acelerar la transformación digital del fabricante de automóviles, así como modernizar las operaciones y potenciar las tecnologías de vehículos conectados.
Con Google Cloud, Ford planea:
- Acelerar la implementación de modelos comerciales basados en datos, lo que hace que los clientes reciban avisos en tiempo real, como solicitudes de mantenimiento o alertas.
- Mejorar las experiencias de los clientes con tecnología "diferenciada y servicios personalizados" basados en datos de los usuarios.
- Acelerar la modernización del desarrollo de productos, la fabricación y la gestión de la cadena de suministro, incluida la exploración del uso de Inteligencia Artificial para la formación de los empleados de las fábricas y mejorar el rendimiento en las plantas.
Los fabricantes tienen claro que el futuro es el coche conectado, y se están aliando con las tecnológicas para sobrevivir y evolucionar.
Encontramos claros ejemplos de ello en Amazon y Blackberry, Microsoft y General Motors, Kia y NVIDIA (que ya tiene lazos con Tesla, Daimler, Toyota, BMW) y puede que muy pronto se confirme la asociación entre Apple y Hyundai.
De hecho, ahí tenemos a Sony y su proyecto Sony Vision-S, cuyo último fin es implementar la PlayStation en los coches autónomos.
En este escenario, los coches del futuro serán smartphones con ruedas que conducirán usuarios hiperconectados hasta que no necesiten de la intervención humana para circular. ¿Utopía o distopía?
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