El precioso Ferrari F2003-GA con el que Michael Schumacher se convirtió en Campeón del Mundial de Pilotos de F1 por sexta y penúltima vez en 2003, se ha convertido en el monoplaza moderno más caro tras alcanzar la tremenda suma de 14.630.000 dólares (unos 14.205.000 de euros al cambio actual) en una subasta de RM Sotheby's.
Para hacernos una idea, eso es prácticamente el doble del precio que alcanzó otra de las joyas de ‘El Káiser’ hace apenas cinco años: el impecable F2001 con el que se proclamó campeón del mundo por tercera vez, que obtuvo 7.504.000 dólares al pasar por el mazo.
Incluso la prestigiosa casa de subastas ha visto superadas las estimaciones de sus expertos tasadores, quienes esperaban que alcanzase un valor de entre 7,5 y 9,5 millones de dólares. Esta es la historia que ha hecho del F2003-GA un bólido que ha batido todos los récords.
Un coche único con la impronta de uno de los mejores pilotos de F1
Para los aficionados a las carreras, no ha habido una época igual en la historia de la Fórmula 1 como la de finales de la década de 1990 y principios de los años 2000, cuando los motores V10 aullaban a su paso por la pista y el gran Michael Schumacher nos deleitaba al volante de sus bólidos los fines de semana cuando había Gran Premio.
También fue una de las mejores épocas para Ferrari, que ha competido en el Campeonato Mundial de Fórmula 1 desde su creación en 1950.
No es de extrañar que las pocas joyas rodantes del cavallino rampante que se pueden encontrar hoy en día, y que han sobrevivido a los lances de sus mejores épocas en pista, estén muy cotizadas entre los coleccionistas privados de más alto nivel adquisitivo.
Pero si además han formado parte de la colección y el legado de un piloto como Michael Schumacher, su valor se dispara hasta ser inalcanzable. O casi.
Es el caso de este F2003-GA único en el mundo que ahora estará en manos de su nuevo y más que afortunado dueño. El monoplaza, que está en perfecto estado de revista, hace poco fue puesto a prueba por Mick Schumacher, quien visiblemente emocionado, tuvo la suerte de conducir uno de los monoplazas más icónicos de la ilustre carrera de su padre.
Tras un 2002 en el que parecía imbatible, Ferrari empezó la temporada de 2003 con una actualización del F2002, con la que Schumacher sólo ganó una de las cuatro primeras carreras. Pero el "super equipo" supervisado por el gran Jean Todt (y talentos como los de Ross Brawn, Rory Byrne o Paolo Martinelli) no perdió el tiempo.
En la quinta carrera del Campeonato -celebrada el 4 de mayo en España- la Scuderia subió la apuesta presentando el F2003-GA (cuyas iniciales rendían homenaje al jefe de Fiat, Gianni Agnelli, quien había fallecido meses atrás).
El monoplaza con chasis nº 229 sorprendió por su precioso diseño de líneas afiladas y una distancia entre ejes más larga que su predecesor, lo que permitió a Ferrari combinar la aerodinámica de una forma muy diferente a la del coche de batalla utilizado por su acérrimo rival, Williams.
Además, estrenaba la variante ‘Tipo 052’ ligeramente más larga del motor V-10 de 3 litros de la casa, un propulsor realmente especial y con un sonido característico que además de otorgar 930 CV era capaz de girar a unas escalofriantes 19.000 rpm.
Para su debut, Schumacher puso al F2003-GA en la pole position del GP español, con su compañero de equipo Rubens Barrichello al lado. Cuando se apagó el semáforo, el Renault de Fernando Alonso separó a los Ferrari y desafió a Schumacher en la primera curva.
El alemán aguantó, y acabó llevándose la victoria a pesar de que un precoz Alonso le persiguió sin descanso durante toda la tarde.
El Káiser también venció la siguiente carrera en el Gran Premio de Austria, aprovechando los problemas de motor de Kimi Räikkönen (McLaren), y el abandono del líder Juan Pablo Montoya (Williams). Y no fue la única.
Al final de la temporada el chasis 229 no podía haber tenido mejor estreno: Schumacher ganó cinco carreras de Gran Premio (España, Austria, Canadá, Italia y EE. UU.) a sus mandos y subió al podio en otras dos (Mónaco, Francia).
El monoplaza fue, con diferencia, el más exitoso de los seis F2003-GA que se construyeron y es uno de los cuatro chasis de Fórmula 1 de Ferrari de la época de Schumacher con cinco victorias o más en una temporada ganadora del Campeonato del Mundo.
Al ser uno de los coches más significativos de un período de la historia de la Scuderia escrito en letras de oro, el chasis 229 tiene la certificación "Red Book" de Ferrari Classiche. Además, fue revisado recientemente en la fábrica de sueños de Maranello.
Su legendario motor V-10 de 3 l apenas ha recorrido 240 km desde entonces, y todos sus principales componentes principales -incluyendo la caja de cambios, el embrague y el sistema hidráulico- están al inicio de su nuevo ciclo de vida.
Una nueva vida que solo estará al alcance de una única persona en el mundo: el comprador anónimo que ahora posee un pedacito del legado de la marca. Como decía el propio Enzo Ferrari: "Un Ferrari es un sueño. Sueño para los pocos afortunados que lo tienen y para la mayoría de las personas que no".