Si hablamos del cinturón de seguridad, a lo mejor más de uno se lleva las manos a la cabeza: "¡Otra vez, no puede ser!". El cinturón de seguridad es el elemento de seguridad pasiva más eficiente y sencillo que tenemos en el coche, un básico de la seguridad que ha salvado decenas de miles de vidas desde que se inventó, que te asegura que ante una colisión tienes muchas papeletas para minimizar los daños que puedes sufrir... y todavía sigue siendo un problema de capital importancia el hecho de que haya muchos conductores que no se lo coloquen antes de arrancar.
Por eso siempre hay que volver sobre el tema. El cinturón de seguridad salva vidas, remarcado con negritas, y para hacerlo basta con hacer un sencillo 'click' al ajustarlo, aunque en realidad el proceso de ajuste del cinturón tiene algunos matices más. Pero no hay nada más sencillo y fácil de automatizar como es entrar en el coche y ajustarse el cinturón de seguridad, e incluso asegurarse de que todos los pasajeros lo lleven bien abrochado antes de arrancar. Ahora bien, ¿cómo y por qué salva vidas el cinturón?
Absorber energía de impacto y sujetar los cuerpos, su misión principal
Siempre digo, y seguramente plagio alguna escena de "El club de la lucha", que la única misión aparente del cinturón de seguridad en los aviones es que no salgamos despedidos del asiento en caso de tener problemas. Son cinturones básicos que no nos impedirían, por ejemplo, impactar contra el asiento delantero en caso de colisión, pero que no podrían hacer mucho en caso de "accidente definitivo" (y no quiero frivolizar, aclaro).
En coches, los cinturones de seguridad son cinturones de tres puntos como mínimo. Se dice que son de tres puntos porque tienen tres puntos de anclaje, lo que les permite a su vez sujetar simultáneamente las caderas y el torso del pasajero o conductor. En su colocación, es imprescindible que el cinturón pase por encima de la clavícula, por un lado, y que esté lo más pegado a las caderas por otro lado, ya que si nos presiona el cuello, o no pasa por encima del hombro, o se ajusta demasiado arriba, sobre el abdomen, dejará de proteger y contribuirá a sufrir más y peores lesiones.
Es por eso que los niños deben viajar en sistemas de retención homologados, y no pueden utilizar el cinturón de seguridad sin elevadores hasta que tienen una talla determinada, que es la que les permitiría ir con el sistema correctamente ajustado. Hay una máxima que deberíamos acuñar y promocionar entre todos, y es que el sistema de seguridad nos protege si está bien ajustado, colocado o activado; si no lo está, nos hará más daño. Ejemplos, los conocemos perfectamente: cascos mal colocados o el despliegue del airbag sin el cinturón colocado son los más conocidos. Por tanto, un cinturón mal colocado es un peligro para nuestra integridad.
Tipos de arneses y cinturones
Ya hablamos de los más comunes, los cinturones de tres puntos. En general podemos decir que existen estos tipos de cinturón de seguridad:
- El de dos puntos: se usa en autobuses y aviones y solo ofrece sujeción por la zona de la cadera. No es muy seguro, que digamos.
- El de tres puntos de sujeción, el que llevamos en el coche, ofrece más seguridad si lo ajustamos correctamente porque nos sujeta por dos puntos principales: cadera y hombro.
- Cinturones con cuatro puntos de sujeción: se compone de dos cinturones, uno para cada hombro.
- Cinturones de cinco puntos: son los más comunes en SRI y en la competición. Estos arneses fijan cinco puntos en los dos hombros, ambos lados de las caderas y entre las piernas, y son de los más efectivos que existen, si exceptuamos los siguientes.
- Cinturones de seis y siete puntos: se usan en competición (6 puntos) y en aviación acrobática y militar. Proporcionan cinturones redundantes para, más que maximizar la seguridad, que ya es excepcional con 5 puntos, para minimizar los efectos de un fallo en los arneses principales.
En realidad a los cinturones de más de tres puntos se les suele llamar arnés porque no son exactamente un cinturón, sino una combinación de varios. Pero aceptamos pulpo, el caso es saber que existen varios tipos de cinturón de seguridad y que funcionan mejor cuantos más puntos de sujeción. Esto es así porque con cada punto extra de sujeción estamos "dividiendo" la fuerza del impacto entre ellos, y el resultado es que la energía la absorbe el arnés en dos "fases" por decirlo así: en los puntos de sujeción y gracias a cómo da de sí, ligeramente, el propio cinturón. No hay que ser un lince para ver que el cinturón de seguridad, en combinación con el airbag, es casi imbatible (casi, porque desgraciadamente no siempre es suficiente).
Cuanto más fuerte tengamos apretado el cinturón, mejor. Ante un impacto es mejor que estemos bien sujetos, y por eso existen los pretensores del cinturón, un invento que magnifica las bondades de este sistema de seguridad tan venerable (por su edad) como efectivo. Os recomiendo echar un vistazo al artículo específico sobre cómo funcionan los cinturones con pretensor para saber más.