Hype es una empresa de taxis de París muy peculiar. El nombre de la compañía fundadora (_Société du Taxi Electrique Parisien_, abreviado STEP) puede dar una idea de qué es lo que la hace tan especial. Pero si además decimos que detrás de ella está el apoyo de Air Liquide, uno de los mayores proveedores de gases industriales, podemos entender lo ambicioso del proyecto.
Hype es, efectivamente, una flota de taxis compuesta exclusivamente por vehículos de pila de combustible de hidrógeno. Es la primera en todo el mundo de hecho. Por eso fue tan especial la entrega de llaves que Didier Gambart, presidente de Toyota France, le hizo a Mathieu Gardies, fundador de Hype, el pasado verano. El motivo fue la incorporación a la flota de Hype de 25 unidades del Toyota Mirai, el icónico automóvil impulsado por pila de combustible. La flota de Hype ya contaba con 13 unidades del Mirai, pero esta entrega fue especial porque con estos nuevos 25, Hype sobrepasó el centenar de taxis en su flota de vehículos de hidrógeno.
Hasta París… ¡y más allá!
Se cumplían así los objetivos de crecimiento de Hype para 2018, aunque la _startup_ planea alcanzar los 600 taxis de hidrógeno para finales de 2020. Quieren hacerlo también de forma similar en Bruselas, el corazón de Europa. De hecho la iniciativa forma parte del proyecto ZEFER (_Zero Emission Fleet vehicles for European Roll-out_), apoyado a su vez por el programa europeo _Horizon 2020_.
ZEFER también quiere implantar la tecnología del hidrógeno no sólo para flotas de taxis, sino también para cuerpos de policía y agencias de alquiler de vehículos. Además de París y Bruselas, Londres es otro de los destinos escogidos.
Francia, el paladín del hidrógeno
Francia como país también ha decidido tomar la iniciativa. El gobierno ha entendido que el hidrógeno puede ser clave en la movilidad del futuro, pero que también está ganando presencia en la actualidad. Fruto de ello fue el anuncio de un Plan Nacional del Hidrógeno con 100 millones de presupuesto para apoyar el despliegue de esta tecnología no solamente en el sector de la movilidad, sino también en el industrial y el energético. Su objetivo es crear 100 estaciones de recarga (actualmente ya hay 20) y tener 5.000 vehículos ligeros y pesados circulando, y contar con entre 400 y 1.000 estaciones y entre 20.000 y 50.000 vehículos en 2028.
Otro actor importante de la iniciativa de Hype es Air Liquide. La empresa francesa garantiza la sostenibilidad de este crecimiento, con el despliegue de la red de estaciones de recarga necesaria. La primera para los taxis de Hype llegó en 2015, instalada entre los Campos Elíseos y la Torre Eiffel. Pero ya habían instalado en 2012 su primera estación de recarga de H2 en la ciudad alemana de Düsseldorf. Luego vinieron las de Oslo (Noruega) y Aargau (Suiza) principalmente para transporte público. En Francia también suministran para el servicio postal francés. En total, cerca de 100 estaciones de recarga de hidrógeno que esta multinacional francesa se ha encargado de diseñar y construir en todo el mundo.
Toyota Mirai, el elegido
¿Por qué el Mirai? Mirai significa en japonés “Futuro”. Es lo que debieron entender en Toyota cuando empezaron a desarrollar su primer prototipo de pila de hidrógeno, allá por 2002. Por aquel entonces ya rodaba el Toyota Prius, que estaba considerado como el presente de la automoción. Pero si la tecnología híbrida es a día de hoy la alternativa más viable a los vehículos convencionales, la pila de combustible de hidrógeno es el siguiente paso de Toyota para una movilidad más limpia. ¿Será el Mirai el sucesor del Prius como símbolo de la nueva movilidad?
Motivos no le faltan para ello. Como nos cuentan nuestros compañeros, el Toyota Mirai es básicamente un vehículo eléctrico que lleva su propio generador. Este “generador” consiste en una pila o celda donde se hace reaccionar el hidrógeno con oxígeno tomado del aire para formar agua. Esta reacción química genera electricidad más que suficiente para impulsar el motor eléctrico y cargar la batería que alimentará los sistemas auxiliares del coche. Por su parte, el agua producida se expulsa en forma líquida o como vapor de agua. En el caso del Mirai, la almacenamos en un depósito para desecharla cuando más nos convenga.
La pila de combustible del Toyota Mirai ofrece la mejor densidad energética del mundo (3,1 kW/l). Así, puede contar con un motor de 113 kW, es decir, unos 154 CV. Ofrece una autonomía de al menos 500 kilómetros, similar a la de un vehículo de combustión, y tarda entre 3 y 5 minutos en repostar. Como vemos, ofrece todas las ventajas de un vehículo eléctrico puro, y una experiencia de repostaje similar a la de los vehículos convencionales. Con la gran diferencia de que, efectivamente, la red de estaciones de hidrógeno es aún muy escasa, algo que Air Liquide quiere solventar al menos con la flota de taxis de Hype.
Una tecnología cara… pero no por mucho tiempo
El precio del Toyota Mirai ronda actualmente los 60.000 euros, prácticamente el doble que un Toyota Prius. Sin embargo, Toyota ya ha anunciado que la próxima generación del Mirai (a lanzar en 2020) será más barata de producir y por tanto podrán lanzar más unidades. Y prevén que en 2025 podrían aumentar la producción a las 30.000 unidades anuales (hoy se limita a las 3.000), con un coste unitario similar a la de los híbridos eléctricos actuales.
El Toyota Mirai está a la venta en todo el mundo, también en países como Alemania, Reino Unido y la propia Francia. No así en España, donde no se contempla su comercialización por la nula apuesta de España a crear una mínima infraestructura. Sólo existen cinco estaciones de recarga en todo el país, y todas pertenecen a entidades privadas.
Los proyectos que sí buscan el futuro del hidrógeno
Sí existe participación pública en los dos proyectos que tratarán de poner remedio a esta situación: el Corredor de Hidrógeno para la Región Pirenaica (H2Piyr), promovido por la Fundación del Hidrógeno de Aragón y que cuenta con Fondos FEDER; y Hydrogen Corridors (H2C), un consorcio público privado liderado por Enagás con apoyo financiero de la Unión Europea.
Donde Toyota sí participa es en la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), que busca promover esta tecnología y estima que haya 140.000 vehículos de pila de hidrógeno en el país en 2030. La Asociación cree que el vehículo de pila de combustible de hidrógeno será complementario al vehículo eléctrico, argumentando que el modelo de carga de éste último no será sostenible a largo plazo.
En cambio, los vehículos de hidrógeno de hoy ya recargan en cinco minutos y cuentan con una autonomía de 600 kilómetros ; y todo por 8,5 euros por cada 100 kilómetros, una cantidad similar a la de los vehículos convencionales de combustión. Y para ello, las estaciones de recarga sólo necesitan agua y algo de electricidad, algo que en nuestro país andamos sobrados. ¿Qué le quedaría para ser perfecto? Ya hemos contado que, en un momento de nuestra historia donde la contaminación atenaza nuestro planeta, contar con vehículos cuya única emisión es el agua, agua pura como la nieve, es casi poético. ¿No merece la pena intentarlo?
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