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¿Qué es lo que más te distrae al conducir? Los lapsus más peligrosos y cómo el vehículo te ayuda a prevenirlos

¿Qué es lo que más te distrae al conducir? Los lapsus más peligrosos y cómo el vehículo te ayuda a prevenirlos
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Después de décadas insistiendo en el uso y fomento de los sistemas de seguridad pasiva, en erradicar el alcohol y las drogas al volante o advertir de las peligrosas consecuencias de una velocidad excesiva, resulta casi paradójico que ahora el problema más acuciante tenga que ver con la atención.

Las distracciones se han convertido en el primer factor de riesgo detrás de un siniestro vial. Los lapsus de los conductores han evolucionado y la invasión de los dispositivos electrónicos en el coche tiene buena parte de culpa.

La desatención vial en España, en números

La atención permanente en la carretera, una actitud obvia para el tránsito seguro, se ha visto atacada por diversos motivos. Así lo muestran los números que recopila la DGT.

Ya van más de cinco años que las distracciones son la primera causa de un accidente mortal. Si retrocedemos a 2019, este factor de riesgo ocasionó el 28 % de los siniestros, que supusieron 359 fallecidos.

Tal y como recuerda el ente público encargado del tráfico, la combinación entre descuidos y velocidad puede llegar a ser mortal. Y es que, a una velocidad de 120 km/h, en tan solo tres segundos, la distancia recorrida es mayor que el largo de un campo de fútbol.

Otro ejemplo: según la DGT, para contestar a un WhatsApp se requieren unos 20 segundos de nuestra atención, lo que se traducen en unos 600 metros. Esta visualización del riesgo trata de alertar sobre la incompatibilidad de conducir y alternar otras tareas que, en la aplastante mayoría de los casos, pueden retrasarse.

Teléfono móvil y smartphones

A las conversaciones telefónicas se han sumado el mal uso de los servicios de mensajería instantánea tan integrados ya en nuestro día a día. Responder a un mensaje que "no podía esperar" puede derivar en incidente evitable.

RACE, en su último informe de distracciones, descubrió que el 96 % de su muestra de encuestados había visto a alguien hablar por teléfono; o que un 12 % de ellos se interna por costumbre en redes sociales mientras conduce.

La situación ha provocado un mayor recelo de las autoridades ante las principales causas de las distracciones. Así, se ha elevado hasta 6 puntos y 200 euros el castigo aparejado a la sanción por utilizar el móvil al conducir.

De hecho, se ha modificado la norma para contemplar un sentido más amplio. La última reforma de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial lo que sanciona es "sostener" el dispositivo electrónico.

La vigilancia para cazar a los conductores que "sostienen" el smartphone al volante se ha intensificado. La DGT, por mediación de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, ha identificado y sancionado en su última campaña de vigilancia a 2930 denuncias en una semana por manipulación indebida de teléfonos móviles. Esta cifra roza el 43 % del total de las 6840 denuncias de la campaña.

La industria, por su parte, está realizando un esfuerzo por integrar y adaptar los servicios electrónicos en el vehículo de forma segura. Nuevas apps, como Toyota MyT, y sistemas de infoentretenimiento, como Toyota Touch 2, inciden en el uso del control por voz para evitar perder de vista la carretera.

Conectar, sincronizar y programar

¿Quién no ha tenido un fallo de conexión a bordo? Esta pregunta retórica responde a un problema también común entre los conductores.

Sincronizar vía Bluetooth un smartphone mientras se conduce o modificar de forma manual un trayecto en el GPS termina por obligar a apartar la vista del tránsito.

Este es otro de los lapsus que tienen que ver con la integración de las nuevas tecnologías. Por eso, lo aconsejable es conocer bien el sistema multimedia y, antes de iniciar un trayecto, prever qué necesidades de este tipo pueden emerger.

En la actualidad, los mencionados softwares integrados en vehículo y en el teléfono ponen las cosas más fáciles que nunca. Nos ahorran antiguos trámites, como la introducción de claves numéricas que fijen la sincronización.

Ajustes en el vehículo tras iniciar la marcha

Toyota Touch 2

Se podría decir que el anterior apartado forma parte de uno más amplio. Todo ajuste que debamos realizar tras iniciar la marcha conlleva una pérdida de atención inevitable.

Hablamos de ajustar la altura de los asientos o la posición de los espejos. Como se ha apuntado, se han de realizar antes para que no intercedan en la conducción.

Aun así, los controles de los vehículos suelen favorecer la manipulación de estos elementos. Es por eso por lo que muchos insisten en la presencia de botones o controles físicos para ciertas funciones como las dichas o, por ejemplo, para operar con el climatizador.

Fatiga, estrés, cansancio y somnolencia

Estos defectos al volante provienen del mismo origen del transporte como tal. En el siglo XXI seguimos combatiéndolos, pero con mejores armas.

Aunque no lo parezca, algo tan sencillo como mantener la concentración al conducir le supone a nuestro cerebro toda una serie de operaciones complejas a nivel cognitivo. Todo ello deriva en cansancio y fatiga.

Un fenómeno que pasa factura con el paso de los kilómetros y que es causa de salidas de vía, invasiones del carril o alcances traseros. De ahí la recomendación de realizar pausas cada intervalos de tiempo moderados, como dos horas, cuando se acomete un viaje largo.

Igualmente, antes de conducir, no conviene partir de un estado de cansancio o de volatilidad emocionalidad. Está demostrado, por ejemplo, que el estrés influye de forma considerable en la conducción..

Comer, beber y fumar (el rollo de siempre)

El estudio 'Dos manos mejor que una', de la Universidad de Leeds, concluyó que consumir alimentos mientras se conduce puede aumentar el tiempo de reacción en un 44 %. El porcentaje se asemeja al del uso del móvil y se reduce a la mitad en el caso de la ingesta de líquidos.

Sin embargo, recordamos que el estudio señala que las correcciones en la trayectoria del vehículo se incrementan en un 18 % para los casos en que bebemos de una botella o lata.

Fumar, aunque no se encuentra directamente penalizado, sí que lo estaría si merma la atención. Así, la DGT también pone tiempo y metros al gesto de encender un cigarrillo: 4 segundos que a 100 km/h se convierten en 113 metros a ciegas.

Distracciones fuera y dentro del habitáculo

Otra categoría clásica dentro de las distracciones la constituyen todos esos factores ajenos al conductor y cuya presencia no se puede evitar. Por ejemplo, id admirando el paisaje por una carretera de montaña y no percatarse de la presencia de un ciclista frente al vehículo, realizar un viaje largo con niños, etc.

Cada una de estas situaciones requiere de acciones concretas, que van dirigidas a un mismo objetivo. Pase lo que pase, se ha de mantener un nivel mínimo de atención en la conducción y de la vía.

Los ADAS, una ayuda clave para paliar las distracciones

Todas las distracciones tienen como base la incidencia del factor humano. En diferentes estudios que la DGT tiene accesibles desde su página web oficial, se pone de relieve que la mayoría de los accidentes se originan por culpa de un fallo humano en la conducción.

Las tecnologías ADAS (Advanced Driver Assistance Systems) son sistemas de asistencia desarrollados para paliar ese factor humano. No pueden conducir por nosotros (todavía) para erradicar la distracción, pero sí avisarnos para sacarnos de ella, aminorando riesgos.

Toyota los aglutina dentro de la serie de soluciones Toyota Safety Sense. Así, nos avisan mediante señales lumínicas, sonoras y vibraciones ante la posibilidad de una salida de la vía, del carril o una colisión. También se incorporan paulatinamente sistemas que detectan la fatiga y el cansancio.

Ahora bien, esta revolución tecnológica en seguridad activa no ha de invitarnos a elevar la asunción de riesgos. Es decir, no porque un modelo equipe un sistema de mantenimiento en carril se ha de usar con más ligereza el smartphone a bordo. Las consecuencias de las distracciones pueden acarrear la misma fatalidad.

Imágenes | Freepick/diana.grytsku y Toyota

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