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Pero, ¿en qué consiste el dichoso e-Palette?

Toyota, como partner de movilidad de los Juegos Olímpicos, promete mostrar al mundo un sinfín de innovadoras soluciones para la cita de Tokio. Quizás la más prometedora, por las posibilidades que ofrece, sea el e-Palette, un vehículo que Toyota quiere convertir en una especie de estándar para la movilidad y el transporte del futuro. Sin embargo a día de hoy, nadie es capaz de describir con menos de cinco palabras lo que es el e-Palette.

¿Qué es el e-Palette?

Lo primero que nos contó Toyota (en el CES de 2018) sobre el e-Palette es que se trata de un concept, por lo que el vehículo que veamos finalmente sobre las carreteras se parecerán más o menos al cajón con ruedas que vemos en los vídeos promocionales. Probablemente el _concept_ sirva para inspirar el diseño de vehículos más convencionales (como veremos más adelante), pero también para marcar una hoja de ruta en lo que debe convertirse la movilidad del futuro, o al menos tal como lo entiende Toyota.

Para repasar las claves sobre las que se sustenta el diseño del e-Palette, podemos repasar el artículo donde ya hablamos de los vehículos ACES. Porque efectivamente el e-Palette será un vehículo ACES (autónomo, conectado, eléctrico y compartido), en un momento en el que estas tecnologías habrán alcanzado además un mayor nivel de madurez del que disfrutamos actualmente.

Autónomo: El e-Palette será un vehículo autónomo. Es de hecho una de las claves del concepto de movilidad que prepara Toyota, y que se ha bautizado como Auto-MaaS (_Automated Mobility as a Service_). Toyota es un fabricante que parece no postularse en la carrera por el coche autónomo, pero recientemente hemos sabido de la última versión de su coche de pruebas autónomo. Montado en un Lexus LS600hL, promete romper todos los estándares actuales con un Lidar que alcanzará los 200 metros de alcance en 360 grados. Y sí, porqué no decirlo también, un diseño infinitamente más estético.

Conectado: Ya sabemos que el futuro coche autónomo estará indefectiblemente conectado con su propietario, las infraestructuras, el resto de coches autónomos... y el e-Palette no va a ser una excepción. Toyota ha creado para ello el Data Communication Module, que recogerá datos desde el mismo vehículo, el Toyota Big Data Center, plataforma global que recopilará toda esa información, y el Toyota Connected, la filial que se encargará de analizar los datos y proveer de los servicios de movilidad a los usuarios.

Eléctrico: Toyota nos explica que el e-Palette será un BEV (Battery Electric Vehicle), lo que nosotros entendemos como un vehículo eléctrico puro o eléctrico cien por cien. Ya sabemos de sobra que Toyota es pionera y líder indiscutible en tecnologías híbridas, pero precisamente esta sobrada experiencia la sitúa también a la cabeza en el desarrollo de vehículos BEV. Tampoco debemos descartar que el futuro e-Palette tenga una versión propulsada por pila de hidrógeno, una tecnología donde Toyota también es pionera y que ya ha usado en vehículos para el transporte de pasajeros, como el Mirai y sobre todo el Sora.

Compartido: El e-Palette será un coche compartido, pero quizás no en el estricto sentido del _carsharing_. Sus posibilidades son más aprovechables como transporte colectivo (el vehículo lanzadera APM posiblemente esté inspirado en el e-Palette), aunque el modelo de usabilidad que más se ajusta a su perfil es el del _ridesharing_ (similar a los VTC). Por eso, el e-Palette podría cubrir rutas ya definidas de gran afluencia, o funcionar como un servicio de transporte público bajo demanda (similar a lo que plantea la empresa española Shotl).

¿Para qué servirá el e-Palette?

Toyota nos explica en su nota de prensa que el e-Palette será ante todo un vehículo multipropósito. La clave de su encaje en un futuro de movilidad eficiente y sostenible es que pueda usarse para diferentes formas de transporte, pero también para diferentes necesidades más allá de la movilidad. Ya nos explicaban en este artículo lo que Toyota pretende ofrecer al sector servicios con el e-Palette: tiendas para el retail, espacios de trabajo, paquetería y mensajería, alojamiento ocasional, restauración ambulante...

En este sentido, no debemos entender el e-Palette solo como un vehículo para el transporte de personas (_ridesharing_) o mercancías (_delivery_). Debemos concebirlo también como una forma de habilitar espacios o establecimientos, donde su capacidad para desplazarse y cambiar de ubicación será un gran valor añadido que, además, contribuirá a un uso más racional y sostenible del vehículo.

Por ejemplo, si necesitamos instalar una _pop-up store_, un punto de asistencia médica o un camerino, usando un e-Palette nos ahorraremos buena parte del coste de instalación y desmontaje. Y es más, podremos usar un mismo e-Palette para estas tres cosas tan diferentes, tan solo realizando algunos cambios interiores. Y los promotores ni siquiera tendrán que adquirir alguna unidad, ya que Toyota podrá ofrecerle el uso del e-palette durante el tiempo que necesiten. Ya anticipábamos en este artículo los deseos de Toyota de convertirse en, más que un fabricante, una empresa proveedora de servicios.

¿Cómo será el e-Palette?

Para lograr un vehículo que realmente sirviese para todos esos propósitos, Toyota tenía claro que necesitaba diseñar un modelo que fuese escalable en su uso, pero también en su fabricación, aprovechando economías de escala que permitiesen abaratar costes y ofrecer un servicio sostenible. Para ello ha optado por un diseño modular, que permita adaptar y personalizar el vehículo a la gran variedad de usos y servicios a los que se pretende dedicar el e-Palette.

Exteriormente, el aspecto del e-Palette será el de un prisma cuadrangular, con una estructura muy ligera que permitirá portar unas grandes lunas prácticamente desde arista a arista. Estas lunas podrán o no permitir ver el interior, o mostrar mensajes informativos y motivos de toda clase, entendemos que con alguna especie de panel led transparente. Le acompañarían al vehículos dos o cuatro pares de ruedas, según el diseño o la longitud.

Interiormente, el espacio contará con una superficie baja, plana y sin obstáculos, dentro del cual podrán instalarse los distintos mobiliarios y equipamientos, según el uso que se le vaya a dar. Para ello, el e-palette ofrecerá 2 metros de ancho y 2,25 metros de alto. Pero lo verdaderamente interesante es que podrá tomar tres longitudes distintas, entre 4 y 7 metros, aunque todavía no nos queda claro si son diferentes opciones de fábrica o si se podrá cambiar de uno a otro a posterior.

Realmente el concepto de la modularidad no es nuevo en el mundo de la automoción. Ya vemos como muchos fabricantes utilizan plataformas modulares para usarlas en distintos modelos; Toyota, por ejemplo, cuenta con la plataforma TNGA o Toyota New Global Architecture, que permite fabricar con la misma estructura modelos tan diferentes como el Prius, el CH-R o el nuevo Corolla. Con el e-Palette, Toyota desea conseguir lo mismo: espacios muy diferentes con un solo vehículo. Ese es, en el fondo, el verdadero valor que el e-Palette le ofrece a nuestro futuro.

Imágenes | Toyota Global Newsroom

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