Cuando pensamos en todo lo que ha avanzado el modo en que nos desplazamos y cómo conducimos, se nos vienen a la cabeza cosas como las innovaciones tecnológicas en el automóvil o las carreteras inteligentes.
Respecto al factor humano, quizá nos fijemos en la mejora de la formación o las técnicas de conducción. Pero ¿no se nos olvida algo? ¿Somos conscientes de que el auténtico “motor” de nuestro vehículo es nuestro cuerpo?
Nuestro cuerpo es el que ejecuta de la forma más precisa posible las órdenes del cerebro, así que bien merece que le prestemos la atención adecuada.
Cuerpo y mente en sintonía
Mantener nuestro cuerpo en buenas condiciones y disfrutar de una buena salud es algo básico para tener seguridad y confianza en nosotros mismos. Además, también es relevante para que nuestro rendimiento sea el óptimo en nuestra labor cotidiana.
Y es que cuando estamos bien por dentro, estamos bien por fuera. Cuando nuestro cuerpo está descansado, la respuesta a los estímulos es más eficaz y rápida. La acción de conducir requiere de un esfuerzo físico y evidentemente un cuerpo entrenado y en forma la ejecutará con mayores garantías de éxito.
Un cuerpo sano y entrenado responde mejor a los estímulos
No, tranquilos, no vamos a plantear un entrenamiento para deportistas de élite más allá de las recomendaciones básicas para mantener una buena salud. A saber: alimentación equilibrada, ejercicio físico de forma habitual, descansar correctamente, evitar alcohol, drogas, tabaco, etc. Algo que estamos seguros que habéis oído muchas veces.
Igualmente, es necesario prestar atención a otros aspectos ergonómicos, como por ejemplo la posición al volante, que es muy importante en la conducción. La forma en que nos sentamos cuando conducimos influye en lo que tardaremos en estar más fatigados, en cómo respiramos y hasta en la visión que tenemos a través del parabrisas o de los espejos retrovisores.
La ergonomía, aliada de la seguridad
No podemos hablar de cuerpo y conducción sin hablar de la ergonomía en los vehículos. Y es que la cantidad de tiempo que pasamos sentados en el coche requiere de una higiene postural adecuada.
Los conductores pasamos una media de 9 horas y 35 minutos dentro del coche de lunes a viernes según el último estudio de Ipsos y The Boston Consulting Group. No cabe duda de que todo este tiempo en una mala postura no solamente va a producir cansancio, sino otras posibles lesiones que repercutan en nuestro día a día.
Una mala higiene postural provoca lesiones y una conducción menos segura
En muchos casos las jornadas de conducción son largas y agotadoras, tanto a nivel físico como mental. Estas largas jornadas afectan a los músculos, que se vuelven más rígidos y al mismo tiempo se contraen, también las extremidades se adormecen.
¿Se te ha dormido alguna vez la pierna o un brazo mientras conduces? ¿Has notado una tensión muy dolorosa en el cuello? Probablemente se deba a una mala postura.
Estas podrían ser las principales consecuencias. Pero hay muchas más, y muy variadas, desde calambres en los pies y manos hasta la falta de concentración tanto para conducir como para otra actividad. O, sencillamente, cambios bruscos de humor. Gracias a una correcta ergonomía, la conducción sería más cómoda y relajada y se podrían evitar muchos de los accidentes producidos por fatiga o distracciones.
Mantenerse activo para tener un cuerpo saludable
Como comentábamos, no es necesario hacer un entrenamiento profesional, aunque sí al menos seguir las recomendaciones en esta materia de la Organización Mundial de la Salud. Según la OMS, para adultos de 18 a 64 años de edad, se debe practicar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, o 75 minutos semanales de actividad física intensa, o una combinación equivalente entre actividad moderada e intensa.
Si se desean alcanzar mayores beneficios, la OMS sugiere doblar esa cantidad. Asimismo, es aconsejable realizar actividades de fortalecimiento muscular dos o más días a la semana y de tal manera que se ejerciten grandes conjuntos musculares.
La OMS recomienda 150 minutos de actividad física a la semana
Cada vez son más las empresas que incorporan programas de salud entre sus empleados para que, en ese descanso a media mañana o a mediodía, se pueda ejercitar el cuerpo. Incluso para aquellos que pasan todo el día al volante, hay aplicaciones como Driverapp, que entre otros servicios para conductores, ayuda a mejorar el estado físico y el bienestar general a través del entrenador de fitness y nutrición integrado.
La alimentación, otra cuestión relevante
¿Alguna vez has comido mientras conduces o mientras estás trabajando? Si es así, además de que puedes sufrir una multa por no prestar la suficiente atención a la carretera en el caso de los conductores, para tu salud es algo muy negativo.
Comer de esa manera, no va a satisfacer nuestras necesidades y ni siquiera vamos a degustar la comida. Al comer de forma rápida y compulsiva prácticamente no masticamos con lo que la digestión va a ser más pesada y puede aparecer somnolencia.
Durante la comida es necesario centrarse en comer y olvidar otras actividades
Debemos dar a la alimentación la importancia que se merece. Los alimentos son nuestra energía y, por lo tanto, su calidad y la forma en que los ingerimos hará que nuestra dieta sea saludable o que sencillamente sirva para que cada vez nos volvamos más obesos. La dieta mediterránea, cinco comidas al día, y dedicar el tiempo adecuado son pautas esenciales para mantener un cuerpo sano. Un cuerpo al que le vamos a pedir que no se duerma en el coche y que reaccione rápidamente, así que mejor cuidémoslo.
El tiempo de respuesta
El tiempo de respuesta o tiempo de reacción es la cantidad de tiempo que transcurre desde que percibimos un estímulo hasta que damos una respuesta. Al volante este tiempo fundamental, si tenemos en cuenta que nos podemos mover a 120 kilómetros a la hora, la distancia que recorremos si el tiempo de respuesta aumenta en tan solo un segundo puede ser la diferencia entre sufrir un siniestro o no.
Un cuerpo sano asegura una reacción más rápida y segura
El tiempo de respuesta depende de tres factores: la percepción, el procesamiento de la información y la búsqueda de la respuesta adecuada. En las tres fases es esencial nuestro estado de salud, nuestro cuerpo.
Existen factores que influyen negativamente en el tiempo de respuesta y que hacen que este aumente. Estos factores van desde la fatiga y la atención hasta otros más relacionados con nuestro físico, como pueda ser la obesidad o la rigidez muscular, pasando por algunos más ocasionales como el consumo de alcohol o una alimentación copiosa.
Patologías peligrosas para conducir
Hay una serie de patologías a tener en cuenta si vamos a conducir, algunas con un mejor tratamiento que otras. Cada una afecta de uno u otro modo a la conducción, aunque la lista sería muy larga, vamos a destacar las más comunes:
1. Alergias
Los conductores que padecen alergias deben tener especial cuidado, sobre todo en ciertas épocas del año. Un estornudo es imprevisible y puede acabar provocando un accidente. Si sobreviene una serie de estornudos continuados, además perderemos la concentración en la carretera con el consiguiente riesgo de perder el control del vehículo.
2. Fobias
Los miedos irracionales nos pueden asaltar de improviso y hacernos incapaces de conducir. Hay algunas fobias asociadas a la conducción, como es el caso de la amaxofobia (miedo a conducir). En todo caso, un tratamiento profesional adecuado puede ser la solución.
3. Depresión
La depresión es otra enfermedad que afecta notablemente a la conducción. Como cualquier otra patología que nos lleve a divagar mientras conducimos, los pensamientos negativos pueden desviar la atención de la carretera.
4. Diabetes
En general se piensa que los diabéticos de tipo I suelen tener mayor riesgo de accidente que los de tipo II. A la hora de obtener o prorrogar permiso o licencia de conducción ordinarios, están sujetos una serie criterios de aptitud en función del grado de diabetes.
5. Apnea del sueño
La apnea supone la interrupción frecuente del descanso. Es un trastorno común en donde la respiración se interrumpe o se hace muy superficial. Las interrupciones del sueño pueden llegar a durar desde unos segundos a incluso minutos, la más común es la apnea obstructiva del sueño. Esta falta de descanso provoca cansancio y somnolencia durante el resto del día a la persona que la sufre.
El par movilidad y salud
La movilidad y la salud son términos que cada vez se asocian más, se habla de una movilidad saludable cuando esta no solo lo es para el entorno que nos rodea, sino también para el que se está moviendo.
En los últimos años se están promoviendo medios de desplazamiento saludables como la bicicleta, mediante la cual se asegura el ejercicio físico del conductor. Está claro que la movilidad y la salud se encuentran relacionados: si me muevo de forma saludable, mejorará mi salud y, si mantengo una buena salud, mi movilidad será más segura y saludable. Es un poco como lo de la gallina y el huevo, ¿quién fue primero?
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