Con un verano dominado por las olas de calor más inclemente, el aire acondicionado del coche es una de las características que más agradecen los viajeros. Pero los sistemas de climatización (también la calefacción y otras formas de control de temperatura) no solo supusieron un gran avance para mejorar el confort de los conductores y sus acompañantes. También constituyen una medida de seguridad que nos ayuda a prevenir muchos accidentes.
El exceso de calor y la deshidratación pueden producirnos desde fatiga y somnolencia hasta mareos y desmayos, todas ellas situaciones que pueden resultar fatales al volante. Así, la aparición del aire acondicionado supuso un antes y un después en los trayectos en coche, pues nos ayuda a mantener la temperatura óptima en el habitáculo, evitando esos riesgos.
Por qué consume combustible el aire acondicionado
Tanto si nuestro coche cuenta con un sencillo sistema de aire acondicionado (si es más antiguo) como si tiene un climatizador más actual, el principio para obtener aire frío es el mismo: llevar un gas a estado líquido y de nuevo a gaseoso. Este segundo paso necesita de energía calorífica para absorber el aire caliente del habitáculo y devolverlo enfriado.
Para realizar esta operación, el sistema de aire acondicionado requiere de varios elementos: compresor, evaporador, válvula de expansión y condensador. De todos ellos, el que más energía consume para su funcionamiento es el compresor, que funciona directamente con potencia del motor de combustión.
Es por eso por lo que uso del aire acondicionado repercute directamente en el consumo de combustible, aunque este dependerá de varios factores:
- Temperatura exterior, que determinará el esfuerzo que debe hacer el sistema.
- Temperatura interior, la que nosotros seleccionemos para el interior del habitáculo.
- Espacio del habitáculo, pues cuanto más grande sea, más costará enfriarlo.
- Eficiencia del motor, pues permitirá usar el compresor con menos combustible.
- Potencia del compresor, siendo lo habitual entre 3 y 5 kW nominales.
Cuánto nos cuesta encender el aire acondicionado del coche
Como nos explican en Motorpasión, el sistema de aire acondicionado toma su energía directamente del motor de combustión, y no de la batería eléctrica como el resto de servicios auxiliares del coche. Esto hace que el sistema desvíe del motor una parte de la potencia destinada a la tracción, de entre 2 y 20 CV dependiendo del vehículo, motor, temperatura seleccionada, etc.
Este es el motivo por el cual podemos notar que nuestro coche “pierde fuerza” cuando usamos el aire acondicionado, aunque será más palpable con motores de baja cilindrada. En todo caso, los sistemas más modernos desconectan automáticamente el compresor si pisamos a fondo el acelerador para evitar situaciones comprometidas.
El aire acondicionado puede restarnos entre 2 y 20 CV de potencia
Esta demanda de potencia adicional puede aumentar el consumo de combustible hasta en un 50 % (según un estudio del Gobierno de Canadá) aunque en condiciones normales estará entre el 10 % y el 20 %. Por su parte, Endesa calcula que este incremento puede traducirse en un consumo extra de entre 0,2 y 1 litro de gasolina cada 100 kilómetros, dependiendo de los factores que vimos arriba. Con el precio que ha alcanzado ahora el combustible (en torno a los 2 euros el litro según tipo), puede significar unos 8 euros extra si vamos desde Madrid a las playas de Valencia o unos 60 euros durante los tres meses de verano si circulamos habitualmente con el aire acondicionado.
Un consumo extra de entre 0,2 y 1 litro por cada 100 km
Esto no solo afecta a nuestro bolsillo, sino que este consumo adicional de combustible también supone más emisiones de CO2. Según el IDAE, por cada litro de gasolina consumido, un coche emite en promedio 2,35 kg de CO2 y, por cada litro de gasóleo, unos 2,64 kg de CO2. Sin embargo, los sistemas de climatización son cada vez menos contaminantes, debido a incremento de la eficiencia de los motores de combustión y a la utilización de gases más ecológicos. Actualmente, es común el uso de tetrafluoroetano o R-134a, un gas que no daña la capa de ozono y que tampoco entraña peligro alguno para la salud de las personas.
Cuánto consume el aire acondicionado en un coche eléctrico
Con un vehículo eléctrico puro el planteamiento cambia completamente. Como no tenemos motor de combustión, el compresor no puede utilizar su giro para funcionar y, al mismo tiempo, utilizar el eléctrico es complicado, pues no siempre está en marcha durante el trayecto. La solución que se ha encontrado ha sido la de dotar al sistema de aire acondicionado de su propio motor, que en este caso sí tomará la energía de la batería de tracción.
Obviamente, esto no se traduce en una pérdida de potencia del vehículo, pero sí de su autonomía. Según Endesa, usando el aire acondicionado de forma continua, el coche eléctrico tendrá una pérdida de entre el 10 % y el 20 % de su autonomía. Los vehículos electrificados como los híbridos autorrecargables o enchufables, aunque sí cuentan con un motor de combustión, suelen utilizar también este tipo de sistemas, con un consumo de autonomía muy similar.
La climatización en verano puede restar entre un 10 % y un 20 % a la autonomía de un coche eléctrico
Para los climatizadores que también usan la calefacción para regular la temperatura, la situación varía igualmente. En un coche térmico, el sistema de calefacción toma el calor residual del motor para calentar el habitáculo. Como un motor eléctrico apenas genera calor residual (por su mayor eficiencia energética), los fabricantes han ido sustituyendo los sistemas de calefacción tradicionales por otros de resistencia eléctrica. Con todo, los híbridos y eléctricos más modernos, como el Toyota bZ4X, emplean bombas de calor, mucho más eficientes y sostenibles.
Consejos para un uso más sostenible del aire acondicionado
Algunos pensarán que estos euros extra son la mejor inversión que puedan hacer durante el verano y no estén dispuestos a prescindir del aire fresquito durante sus trayectos. Con todo, hay algunos trucos que nos pueden ayudar a hacer un uso más responsable del sistema y, de paso, ahorrarnos algunos euros más.
- Escoge una temperatura entre 21 y 24 grados. Es la temperatura óptima para los seres humanos y descender de ahí es someternos a un frío innecesario para nuestro cuerpo. Además, se estima que por debajo de los 20 grados el consumo de combustible puede aumentar en un 20 %.
- Usa la recirculación de aire. Esta función toma el aire caliente del habitáculo en vez del exterior, por lo que se tarda menos en enfriar el interior del coche y por tanto se consume menos energía. Eso sí, hazla funcionar solo un rato, ya que el aire necesita reciclarse con el exterior.
- Dirige el flujo de aire hacia el techo. Es sabido que el aire frío pesa más que el caliente, por lo que si apuntamos hacia arriba permitiremos que el sistema enfríe de arriba a abajo la totalidad del habitáculo.
- Sube la intensidad progresivamente. Como funciona con la energía del motor, es recomendable usar el aire acondicionado de forma suave mientras este se calienta. Pasados unos minutos, ya podemos subirlo de intensidad.
- Mantener la intensidad constante. Aunque pensemos que apagarlo “a ratos” nos ayuda a ahorrar, lo cierto es que el enfriamiento del compresor es lo que más energía consume. Además, a la larga evitaremos muchas averías del sistema.
Consejos para usar menos el aire acondicionado del coche
Si a pesar de todo queremos prescindir del aire acondicionado lo máximo posible, hay alternativas. Ya vimos en Espacio Toyota algunas recomendaciones para combatir el calor durante nuestros trayectos, pero vamos a repasar aquellos que nos ayudarán a reducir nuestra dependencia del aire acondicionado:
- Estaciona en la sombra. Según la Fundación Mapfre, dejar el coche al sol puede aumentar la temperatura del habitáculo en un 88 %, hasta los 70 grados en días de verano. Si no es posible dejarlo a la sombra todo el día, al menos que sí lo esté durante las horas del mediodía.
- Ventila el coche. Abrir puertas y ventanillas antes de emprender la marcha ayuda a expulsar el aire caliente del habitáculo. Incluso podemos contribuir a ello aún más creando corriente con una de las puertas.
- Circula con las ventanas abiertas. En ocasiones, basta con el viento exterior para refrescar el habitáculo. Pero ojo, esta medida es solo recomendable para circular en ciudad. A partir de los 90 km/h, llevar las ventanillas bajadas afecta tanto a la aerodinámica del coche que puede producir un consumo de combustible incluso superior al del aire acondicionado.
- Viaja temprano. Una gran idea si tenemos que hacer un viaje largo es salir bien temprano (o incluso de noche). De esta manera, no solo cogeremos el coche más fresco de la noche, sino que también evitaremos durante el trayecto las horas más calurosas.
- Bebe mucho líquido. Hidratarnos es fundamental para conducir con seguridad, y con bebidas frescas conseguiremos regular nuestra temperatura corporal. Si no te apetece beber tan solo agua, prueba con el té verde, muy recomendable para largos trayectos.
- Viste ropa ligera. Llevando ropa cómoda y fresca conseguiremos mantener la temperatura de nuestro cuerpo a raya. Pero, ojo, recuerda que no debemos ir con el torso desnudo ni usar chanclas al volante.
Sistemas de aire acondicionado cada vez más eficientes
En todo caso, los sistemas de aire acondicionado son cada vez más eficientes y sostenibles, reduciéndose su consumo de manera significativa. Los climatizadores más avanzados utilizan múltiples sensores para regular automáticamente el aire acondicionado, y también han aparecido los sistemas multizona, que posibilitan centrar el flujo solo en aquellos asientos ocupados.
Un buen ejemplo es el climatizador S-Flow que Toyota lanzó hace unos años. Haciendo uso de distintos sensores, regula los distintos parámetros (temperatura, intensidad, dirección) en función de diversos factores: asientos ocupados, apertura de puertas, luminosidad del exterior…
Los últimos modelos del fabricante japonés, como el Toyota Camry, utilizan la tecnología Nanoe de iones. Al activar el climatizador, se emiten iones con carga negativa envueltos en moléculas de agua por la rejilla de ventilación del salpicadero. Gracias a ello, se mejora la humedad del interior del coche, generando un ambiente más fresco, sano y agradable.
Imágenes | Motorpasión, Prensa Toyota España