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Cabalgamos la Sierra Oeste a lomos del Toyota Yaris GR SPORT

Cabalgamos la Sierra Oeste a lomos del Toyota Yaris GR SPORT
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Toyota se ha puesto como nuevo objetivo el recuperar paso a paso, la imagen deportiva que tuvo antaño. Y 2019 será el año en el que se irá consumando ese nuevo camino iniciado. Ya hemos conocido el nuevo Supra, el nuevo Toyota RAV4 está en los concesionarios (y esperamos que pronto también aquí), y este será además el año del nuevo Toyota Corolla. Al mismo tiempo, junto al Corolla, llegará el bloque híbrido de 180 CV que tenemos unas ganas locas de probar y para rematar, será el año en el que se comience a vender las versiones GR SPORT, que darán forma a la gama más dinámica de Toyota sobre los modelos existentes.

El primer representante de los GR Sport ya está aquí y nos hemos puesto a sus mandos durante un fin de semana. Se trata del Toyota Yaris GR Sport, una variante que toma como base de partida el Yaris hybrid pero añade una serie de componentes que lo hace bastante más interesante si de ‘curvear’ se trata. Porque, aunque mantiene el bloque híbrido de 100 CV y la transmisión CVT, el chasis recibe un tratamiento especial y cuya procedencia ya deja las cosas claras: el Yaris GRMN. Así, a modo de recordatorio, el nuevo Yaris GR Sport monta suspensiones Sachs Performance, barra estabilizadora maciza, reduce su altura 11 milímetros respecto al suelo y la separación entre carrocería y ruedas se recorta 18 milímetros y monta llantas de 17 pulgadas con unos buenos Bridgestone Potenza en 205/45.

Toyota Yaris Gr Sport Prueba 61

Con esto ya debe cambiar bastante el comportamiento respecto al Yaris hybrid normal, ¿verdad? Son modificaciones que se han realizado, básicamente, para aumentar el dinamismo del modelo pero sin sacrificar confort o eficiencia. Porque aquí está la clave, Toyota quiere sacar el máximo partido a su tecnología híbrida y combinará la eficiencia de estos motores con todo el saber hacer de Gazoo Racing. El resultado, tras más de 600 kilómetros, podemos decir que no está nada mal. El habitáculo también se prepara para la ocasión con unos nuevos asientos, el volante del GT86 (y del Yaris GRMN) y algunos pequeños detalles específicos. Nada excesivo, pero se notan los cambios una vez dentro.

Más rápido de lo que pueda parecer

Toyota Yaris Gr Sport Prueba 10

No vamos a negar que recogimos el coche en Toyota España con algo de escepticismo. El Yaris hybrid es buen coche, si lo usas para lo que está diseñado, es decir, para un uso ‘estándar’ con un motor que responde bien, es cómodo en poblado y permite cruceros a velocidad elevada, pero no invita a divertirte, no emociona tanto. Es un perfecto coche de diario, pero no es un deportivo como tal. Que la versión deportiva del Yaris usara precisamente ese motor y no el gasolina de 111 CV y cambio manual (por ejemplo) no hacía pensar en que faltaría algo en su conducción. Cómo hemos dicho, Toyota quiere aprovechar toda la experiencia en hibridación para sus deportivos y el movimiento es más que lógico.

La sensación se acrecentó todavía más al tener el coche delante. Tiene buena pinta, los cambios son sutiles pero acertados, se puede entrever que no es un Yaris normal. Al abrir la puerta, el escepticismo inicial seguía presente al ver esos asientos deportivos y ese volante. Pero iniciamos la marcha y se nos quitó cualquier duda. Entendíamos el concepto que busca Toyota; un deportivo con etiqueta ECO, híbrido, que explotara su tecnología y fortaleciera su imagen es una idea casi perfecta para los tiempos que corren, pero este bloque no es para un deportivo.

Toyota Yaris Gr Sport Prueba 23

Así que según salimos de allí, nos fuimos directos a nuestras carreteras acostumbradas para comprobar, al menos en un primer momento, si era simple prejuicio. Hasta que llegamos a ‘nuestra’ zona, por autopista, ya se pueden ir captando algunas cosas. La suspensión no es la de un Yaris normal, se nota firme aunque no incómoda. La dirección tiene buen tacto y el volante es muy agradable de agarrar. A nosotros que no gusta llevar las piernas un poco estiradas, se nos quedaba un poco lejos, pero nada que no fuera totalmente asumible. Los asientos, además de bonitos, son igualmente cómodos, muy cómodos de hecho. Llegamos rápido a nuestro destino, por suerte no había mucho tráfico y empezamos a atacar. Poco, sin pasarnos, que teníamos todo el fin de semana por delante.

Las primeras curvas te sorprende, pasa muy plano, la carrocería apenas inclina y puedes frenar fuerte haciendo saltar las luces de emergencia sin que el coche de descoloque. No es un Yaris normal, eso estaba claro y parece que los cambios funcionan porque cuando nos quisimos fijar, ese ‘poco’ que teníamos en mente había desaparecido e íbamos totalmente despendolados. No te das ni cuenta, pero el coche da tanta confianza que acabas yendo como si fueras a ganar el Mundial de Rallyes y te olvidas por completo que llevas un motor híbrido de 100 CV y cambio CVT. Simplemente frenas fuerte, apuntas con el volante y acelerador a la moqueta. La velocidad de este coche no está en las rectas, sino en las curvas, que las toma como pegado al suelo. Es evidente que el escepticismo se borró totalmente y se nos empezaron a ocurrir ideas un poco peregrinas, como una tramada que empalmara Robledo de Chavela y Cebreros en buena compañía. Si no has estado por ahí y te gusta curvear, deberías ir pensando en hacer una pequeña escapada.

¡¡Agárrame esas motos!!

Toyota Yaris Gr Sport Prueba 36

Por suerte (o desgracia, según se mire), tenemos amigos que están más locos que nosotros y además de fanáticos de los coches, son moteros ‘de pro’. Les propusimos una idea muy sencilla: una tramada ‘coche vs motos’. Ellos irían con sus monturas y nosotros con el Yaris GR SPORT. La propuesta les resultó bastante curiosa y aceptaron sin dudarlo, así que concretamos día y hora y allí nos vimos. Es evidente que poco podíamos hacer para dejar a un par de motos atrás, no importa lo pequeñas que sean, son más ágiles y aceleran mucho más, pero estábamos deseando que llegara el dia porque prometía ser divertido como pocos. Y vaya si lo fue.

Llegado el día y la hora, nos reunimos en Collado Villalba desde donde saldríamos dirección Robledo de Chavela pasando por Colmenarejo, Peralejo y Zarzalejo. Desde ahí, a Cebreros y vuelta a casa. Ellos irían delante, pues ya conocen esas carreteras y si ocurría algún incidente podíamos bloquear la carretera con el coche. Concretado el plan, iniciamos la ruta. Por suerte, nuevamente y aunque salimos algo tarde (casi las 12 del mediodía), nos encontramos poco tráfico y pudimos llevar un ritmo alegre que nos iba mostrando más bondades del Yaris GR Sport. Sobre asfalto liso, el coche va como por raíles. Toma las curvas como si le fuera la vida en ello y puedes disfrutar bastante enlanzado giros. Puedes dar volantazos bruscos o soltar gas en apoyo que el coche es muy predecible y estable.

Toyota Yaris Gr Sport Prueba 56

Pero todavía quedaba lo mejor. Cuando llegó ‘lo bueno’, hay que reconocer que sudamos la gota gorda para no perder a las motos, pero el GR SPORT no parecía inmutarse. Al principio piensas que no vas a entrar, que la vas a liar y te vas a quedar sin trabajo. Al principio. Luego piensas en apurar la frenada un poco más y un poco más y un poco más; hasta que vuelves a llevar un ritmo endiablado sin prestar la más mínima atención a su condición de híbrido y al cambio CVT. En una de las paradas, nuestros compañeros de tramo nos comentaron que se habían sorprendido de lo plano que gira el coche y de lo bien asentado que parecía ir. Y esa es la sensación que se tiene al volante, la de ir muy asentado, con muchísima confianza en todo momento incluso por asfalto roto. La suspensión es tirando a dura, contienen bien la carrocería pero no resulta ‘rebotona’ y permite controlar el coche sin problemas.

El consumo, menor de lo que cabría esperar

Toyota Yaris Gr Sport Prueba 51

La idea, al final del día, resultó todo un acierto y fue un disfrute continuo. El Yaris GR Sport se había portado rematadamente bien, pero además, el consumo fue llamativamente bajo. En alguna ocasión vimos ocho litros en el ordenador, pero al acabar la ruta marcaba 6,9 litros. Y creernos si os decimos que fuimos ‘pie a tabla’. Luego, de regreso, nos encontramos con algo de tráfico y tocó ir más tranquilos y relajados, aprovechando para bajar aún más los consumos y escuchando algo de música desde el móvil a través de la conexión Bluetooth. Por el camino fuimos pensando en lo bien que nos lo habíamos pasado y en la poca confianza que teníamos en el coche cuando lo recogimos. Vale, es cierto que un poco más de caballaje no estaría mal, sobra chasis para digerirlo, pero al final llegamos a casa con una sonrisa y la sensación de haberlo pasado realmente bien.

El Toyota Yaris GR SPORT es la primera entrega de la saga, habrá más como él en otros segmentos. Una primera entrega que no está nada mal, además, no tendrá problemas con los posibles cortes de tráfico por alta contaminación y cuyo precio, 18.600 euros, lo hace bastante interesante.

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