Vivimos tiempos en los que el transporte público se presenta casi como la única forma sostenible de movilidad “a motor”. La moto ha sido estigmatizada como “demasiado ruidosa” y hasta el patín eléctrico ha sido tachado de “peligroso”. Con respecto al automóvil, muchos han metido a todos en el mismo saco, es decir, en el de los coches más contaminantes. Pero lo cierto es que los vehículos híbridos como los de Toyota, jugarán un papel fundamental en la movilidad sostenible en las ciudades; y por muchos motivos (algunos objetivos, otros subjetivos) un buen coche siempre será nuestra primera opción.
No depender de los horarios
Los que usamos el transporte público a diario para ir a nuestro trabajo o nuestro hogar, sabemos que gran parte de nuestra jornada está condicionada por los horarios: el del tren de cercanías que sólo pasa cada hora, el del bus urbano que te deja más cerca de casa, etc. Si además tenemos que usar varias formas de transporte o hacer parte del recorrido a pie, tu jornada se convierte en un auténtico tetris de minutos. Ni que decir tiene que con tu propio coche, este problema no existe; tan sólo calculas el tiempo que tardas en llegar y sales cuando lo necesitas.
Plena disponibilidad
El problema de los horarios del transporte público se agrava por la noche o los fines de semana, cuando muchas rutas de bus, tren o metro bajan de frecuencia o directamente se suspenden. Sencillamente dejan de ser una opción en momentos tan comunes como ir a tomar unas copas con los amigos, acudir a un concierto con la pareja, o coger un vuelo a primera hora del día. No somos pocos los que hemos tenido que salir a buscar un “búho” porque el metro nos ha cerrado, o pasar la noche en el aeropuerto porque no teníamos forma de llegar a nuestro vuelo matutino.
A veces, la única opción
Lo hemos comentado otras veces: muchos municipios de España no cuentan con metro o tren de cercanías, y el sistema de bus urbano es muy deficiente o directamente no existe. Es el motivo de la gran dependencia del coche particular en muchas localidades españolas, generalmente de pequeño tamaño o en zonas rurales. Sencillamente, el coche es la única opción para desplazarte.
Haces tu propio recorrido
Lo que en un vehículo particular puede ser un breve trayecto, en transporte público puede convertirse en una verdadera gymkana si no tienes la ruta o las conexiones adecuadas. Y es que (lógicamente) las líneas y rutas no pueden adaptarse a las necesidades de todo el mundo. Con tu propio coche puedes hacer exactamente la ruta que quieres hacer, y como mucho realizar algún desvío si tienes que hacer algún recado o evitar algún atasco.
Compartir gastos
Hacer tus trayectos en coche te puede salir más barato si compartes los gastos con tus acompañantes. Para ir al trabajo puedes hacerlo con compañeros, o si vas de fiesta con amigos; en cualquier caso, os saldrá más barato que X billetes individuales. Para viajar, gracias al carpooling puedes encontrar compañeros para tu trayecto; y si encima cuentas con un Prius+ de 7 plazas, ¡hasta le ganarás dinero!
Moverte más rápido
En muchas ocasiones, irás más rápido en tu coche particular que en el transporte público. El metro sólo puede competir si la ruta pasa por tu lugar de destino, y en el cercanías te verás ralentizado por las continuas paradas e incluso los temidos retrasos. Por otro lado, el bus urbano sufre igualmente las horas puntas y los atascos, y no puede tomar rutas alternativas para esquivarlos. Con tu propio coche, no hay paradas ni rutas pre-establecidas, sino que puedes ser lo más eficiente posible yendo por la ruta más rápida.
Más comodidad
A muchas personas les da pereza ponerse al volante, pero hagamos un ejercicio: Piensa en el metro a la hora del trabajo, o en el autobús atestado en hora punta, o en el cercanías a las seis de la mañana en enero o a las seis de la tarde en agosto. Ahora piensa en tu Toyota con su espacioso interior, su climatizador S-Flow, sus asientos calefactables o su sistema de sonorización JBL. Ni el metro de Moscú puede competir con eso.
La compañía que tú elijes
Dicen que a la familia no la eliges, sino que es la que te toca, te guste o no. Con el transporte público puede ocurrir igual, sin poder elegir la compañía y teniendo que compartir el espacio con auténticos desconocidos. La situación puede ser especialmente desagradable para muchas chicas y mujeres, que ante los casos de acoso en el transporte público, no se sienten del todo seguras. En tu propio coche eliges si viajas solo o sola, o si quieres compartir el trayecto con compañeros o incluso desconocidos a través del carpooling.
Más espacio para el equipaje
Si eres de una gran ciudad y usas el transporte público con frecuencia, habrás visto gente con carritos de bebé, bicicletas, maletas, bolsas de la compra… En el metro o el bus, el espacio es muy preciado, y hasta un simple abrigo puede suponer un auténtico estorbo. Con un coche no tienes ese problema; hasta el más pequeño de los Yaris cuenta con espacio suficiente para guardar la compra de todo el mes. Y si cuentas con un Auris Touring Sports con su maletero de 1658 litros, ¡te cabrá hasta la bici que llevabas en el metro!
Mola más
Seamos sinceros, a menos que vueles en primera clase o viajes en el Orient Express, es muy poco probable que alardees de tu trayecto en transporte público. En cambio, incluso si tienes un pequeño AYGO (el benjamín de Toyota) llamarás la atención de tus amigos y vecinos, con una estética rompedora y tecnología por un tubo (como el Sistema de Seguridad Precolisión o el Avisador de Cambio de Carril Involuntario). Pero la clave está en que lo harás tuyo, será un reflejo de tu personalidad y pronto lo mirarás como si fuese tu propio hijo.
Imágenes | Toyota | iStock: freie-kreation, luminouslens, lenanet, KreangchaiRungfamai, TacioPhilip.