No pintan bien las cosas para la industria americana si General Motors tiene que detener la producción del Chevrolet Corvette y reducir las unidades que salen de la cadena de montaje para abaratar costes.
No es una reducción excesiva, no nos asustemos, ya que pasan de fabricarse 18,5 ejemplares a la hora a 15 unidades la hora, pero el hecho de paralizar su producción una semana y después de eso, despedir unos cuantos empleados de la planta principal en Kentucky.
Está claro que no es un coche que se venda en masa, pero el hecho de que General Motors reduzca la producción de uno de sus iconos no augura buenos presagios, no señor.
Vía | Motor Authority
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