A la hora de comprar un coche de segunda mano es lógico tratar de evaluar lo mejor posible cómo está el coche para evitarnos posibles gastos sorpresa una vez lo hemos adquirido y una de las revisiones que se debería hacer es mirar lo que hay bajo el capó de un coche.
Ocurre mucho en las películas, se rompe el coche y el protagonista abre el capó para mirar lo que hay dentro sin saber bien lo que hay ni qué mirar. En este artículo te vamos a dar unos puntos claves a revisar en lo que hay debajo del capó para reducir riesgos de comprar un coche de segunda mano con alguna posible avería.
En qué nos fijamos cuando se abre el capó de un coche
En primer lugar, hay que utilizar el sentido común, sin ser un profesional en la mecánica hay que comprobar que los elementos que hay bajo el capó están en buen estado: que no haya piezas oxidadas, gomas desgastadas, elementos mal encajados...
Si los elementos que hay dentro del capó estén limpios es un buen paso, pero puede que lo hayan limpiado antes y que haya posibles fugas de aceite. Más complicado de lavar es la tapa que suele haber debajo del motor. Si hay manchas de aceite, puede ser que haya alguna fuga. Nos podemos ayudar de alguna luz para comprobar mejor el fondo.
También hay que echar un ojo al aceite del coche. Debemos extraer la varilla y comprobar el color que tiene el aceite, debe de ser similar al de oliva y no tener grumos o manchas. Si el aceite es muy oscuro, hay que cambiarlo.. Tras esto, hay que limpiar la varilla con un trapo. Volvemos a extraer la varilla y comprobamos que el nivel de aceite esté entre las dos muescas que hay.
Otra cosa a revisar es el tapón del aceite, en el caso de abrirlo y haber espuma, es probable que haya un problema de junta de culata.
Hay que comprobar que la batería tenga buena pinta, que no tenga corrosión. Por reacciones químicas las baterías que tienen mucho tiempo, sufren sobrecarga o han tenido agua salen de sus bornes una sustancia blanca. Es muy probable que si ocurre esto la batería no esté en buen estado.
El líquido refrigerante o anticongelante es otro elemento que también hay que revisar. Este líquido debe de ser uniforme y no tener apariencia oscura, si no puede ser que tenga aceite y que, en consecuencia, en algún punto puede haber alguna fuga de aceite, por ejemplo en la junta de culata.
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