La escasez de los recursos naturales no es una estación de paso, sino de destino. En esa pugna, hay dos posibles vías: reinventar las tecnologías para cambiar el rumbo o "decelerar" la marcha para retrasar nuestra llegada. Y aún así, las alternativas vienen igualmente limitadas por la misma premisa. Me refiero a que, por ejemplo, el litio o el platino son finitos, y así lo es también el cobre.
De la escasez de este hemos dado buena cuenta en los últimos tiempos. A nuestro actual ritmo, queda cobre para 40 años. Por eso, programas de reciclaje como el que Toyota comenzó a dedicar a este metal en 2010 cobran especial sentido. El fabricante ha anunciado ahora que ha logrado alcanzar una tecnología que le permite recuperar el cobre utilizado en automoción con una pureza del 99,96%.
Los métodos de desguace convencionales hacen bastante complicado separar el cobre de la caja de fusibles y de otros componentes. De ahí la limitación que existe en la actualidad para recuperarlo. Toyota se puso manos a la obra colaborando con otras compañías en Japón.
Comenzaron fijando estándares para el procesamiento previo en los desguaces. De este modo, pudieron llegar a un primer método de clasificación mecánico para evitar la contaminación de impurezas. El año pasado empezaron las pruebas de reciclaje por las que produjeron pequeñas cantidades de cobre. Los resultados nos los muestran ahora, anunciándonos del mismo modo que esperan llegar a producir 1.000 toneladas de cobre reciclado en 2016.
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