Este otoño estamos atendiendo a un cambio brusco de la estrategia de Toyota con las motorizaciones eléctrica, y a punto de entrar en el invierno, nos adelantan una novedad que tiene bastante relación con esa nueva política del fabricante.
Se trata de la puesta a disposición de la industria en general de las patentes de sus propulsores, no gratis, sino a un precio específico. La idea es, más que colaborar con otros fabricantes, simplificar el trabajo con algunos de sus proveedores. Y es que "las medidas" de las motorizaciones de Toyota han venido demandando un trabajo exclusivo de componentes. Esto, por lo que parece, va a cambiar.
Las intenciones del fabricante están en poder trabajar conjuntamente con sus proveedores en etapas más tempranas del desarrollo de sus modelos, buscando una mayor eficacia y ahorro de costes, y a la vez, combatiendo los próximos objetivos de emisiones que subirán el grado de exigencia para los procesos productivos.
Como apuntan desde Toyota como ejemplo, su sistema híbrido era tan único que no puede ser utilizado por otros fabricantes, lo que obligaba a sus proveedores a realizar un trabajo exclusivo. La transición se centrará sobre todo en la gestión informática de sus transmisiones, un elemento cada vez más crucial dentro de la industria.
Igualmente, los japoneses esperán una respuesta similar dentro de la industria. Es decir, aprovechan para realizar un llamamiento a unirse y poner las cosas fáciles entre competidores poniendo como excusa el "complicado"panorama de conseguir reducir las emisiones de sus vehículos.
Vía | Automotive News Europe
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