El tiempo de carga en viajes es una de las claves para la aceptación de los coches eléctricos en el mercado. Los tiempos de recarga se van a reducir con los nuevos modelos. Dentro de cinco años, será posible recargar una batería de gran capacidad en carretera en menos de 10 minutos.
Al menos, así lo indican fuentes de la industria a Autocar. Sin embargo, no es algo que se vaya a aplicar a modelos ya en circulación y sobre todo es una cuestión tanto de infraestructuras de carga como de tecnología de las baterías, en su diseño más que en una nueva química que haga milagros.
La mayoría de los coches eléctricos del mercado actualmente en el mercado equipan sistemas eléctricos de 400 V, lo que en la industria se considera como de alto voltaje. La potencia eléctrica se mide en vatios (W) y los vatios se obtienen multiplicando el voltaje por la intensidad de la corriente medida en amperios (A).
Para aumentar la potencia en vatios que un sistema de coche eléctrico puede entregar, o la carga que pueda aceptar, es preciso aumentar el voltaje o la intensidad de la corriente (amperios). El problema de usar una mayor intensidad es que requiere cables más gordos y pesados, con un aislamiento más gordo porque generan más calor.
Así, algunos fabricantes prefieren aumentar el voltaje, de ahí la introducción de una arquitectura de 800 V en el Porsche Taycan. Aumentar la potencia del sistema permite una carga más rápida.
La mayoría de los puntos de carga semirápidos pueden entregar hasta 50 kW en corriente DC, pero los cargadores rápidos de hasta 150 kW (y de 250 kW en algunos de Tesla), así como los de 350 kW de Ionity ya han comenzado a instalarse. Sin embargo, solo los Tesla y el Porsche Taycan son capaces de momento de utilizar los sistemas de carga de gran potencia, siendo el Taycan el único que puede usar los sistemas de 350 kW y 800 V.
Según Porsche, llevar una batería de Taycan desde un nivel de carga de 5 % a un nivel de 80 % de carga en un cargador de Ionity puede tardar un poco más de 20 minutos. Pero incluso ahí, el Porsche no está utilizando toda la capacidad del cargador, llegando a un pico de 270 kW.
La velocidad de carga depende también de la tecnología de la batería
La velocidad de carga no es solo una cuestión de potencia del punto de carga, depende también de lo rápido que las celdas de la batería pueden aceptar la carga. Y esa es la otra parte de la historia. Es en el diseño de las baterías que los principales avances llegarán.
El objetivo de las cargas rápidas es poder lograr cierta paridad a la hora de “repostar” con los coches con motor de combustión interna en los viajes para poder viajar realmente lejos. La carga rápida, cerca de casa, no tiene sentido, por coste, ni es aconsejable para las baterías (demasiadas cargas rápidas y la vida útil de la batería y su capacidad pueden verse mermadas a la larga).
Y es que si comparamos el tiempo que se tarda en viajar 700 km en un coche eléctrico usando puntos de carga de 50 kW con el tiempo que se tarda con un gasolina o diésel o híbrido en las mismas condiciones de tráfico y la diferencia puede medirse en horas, a favor del coche con motor de combustión interna.
Según los cálculos de Porsche, el coche eléctrico convencional tendría que parar dos veces, siendo éstas paradas largas que aumentaría el tiempo de viaje en un 45 %, mientras que con cargadores de hasta 350 kW, solo se tardaría un 10 % más que con un coche de gasolina. Es decir, un coche con una gran batería capaz de cargar a cerca de 350 kW y 800 V podría tener hasta 200 km de autonomía con una carga de 8 minutos.
En Motorpasión | Probamos el Mercedes-Benz EQC 400, un imponente SUV que convence por confort pero no por su consumo como coche eléctrico