Que las emisiones de los vehículos diésel son muy nocivas no es algo nuevo, en Motorpasión Futuro os hemos hablado de los problemas de salud que se derivan de las mismas, que pueden provocar desde cáncer hasta ataques al corazón.
Pero en Europa, a diferencia de Japón, los motores diésel siempre estuvieron en buena consideración por la reducción de las emisiones de CO₂ y el menor consumo que sus homólogos de gasolina, pero el problema de salud pública que están generando en el continente hace que la Unión Europea, unas 420.000 muertes prematuras al año debido al uso masivo de motores diésel, haya cambiado de opinión.
La Unión Europea se esté planteando endurecer los estándares de homologación de dicho tipo de motores y eliminar por completo los subsidios a dicho combustible. Mediante un nuevo ciclo de homologación de consumos se espera que las emisiones de los vehículos se acerquen más a la realidad, mientras que la eliminación de subsidios pretende que los conductores dejen el gasóleo en pro de la gasolina, u otros combustibles más limpios, a causa del bolsillo.
Porque no lo dudemos, de eliminarse los subsidios (es decir, las reducciones fiscales) en España el precio del gasóleo de automoción subiría unos 9 céntimos por litro como mínimo (sin tener en cuenta el IVA), al equipararse los impuestos con la gasolina. Esto nos deja un porvenir donde, de mantenerse los precios del crudo actuales el gasóleo podría rondar 1,50 euros por litro.
De ser así, con la distribución actual de consumo, la gasolina sería del orden de 7 céntimos por litro (como mínimo) más barata que el gasóleo, haciendo que las cuentas de muchos que compraron un diésel para ahorrar nunca lleguen a salir.
Además está el efecto psicológico de ver un precio del combustible inferior en las estaciones de servicio, muchos consumidores se plantearán dos veces si realmente les sale rentable tener un vehículo que emite 21 veces más partículas cancerígenas que un modelo de gasolina equivalente (y sin entrar en híbridos y eléctricos).
Otro de los puntos a tratar será la mejora de la calidad del aire en las ciudades, ya que en Europa se sobrepasan abiertamente los límites considerados dañinos para la salud por la Organización Mundial de la Salud. De esta forma no es de extrañar que veamos en un periodo breve de tiempo restricciones al acceso de las ciudades a los vehículos de gasóleo.
Sinceramente, esto debería haberse hecho hace años, cuando las ventas de turismos diésel empezaron a aumentar como la espuma. El motor diésel es un gran aliado de los transportistas (no creo que nadie se imagine un camión propulsado por otro tipo de motor), pero para muchos usuarios particulares no tiene lógica su uso, por no decir para ninguno.
El coste del diésel: 420.000 muertes anuales y miles de millones de euros en problemas de salud
Existen muchas alternativas más limpias para moverse, desde las distintas formas de gas (GLP o GNC) hasta biocombustibles, que incluso son generalmente más económicas que el gasóleo, no digamos si tenemos en cuenta el coste de esas 420.000 vidas humanas que desaparecen cada año a causa de esas emisiones.
De hecho, en estos tiempos de crisis donde se mira tanto el dinero, el coste a las arcas de la salud del estado por el uso de estos motores ronda los 200 a 300 euros por ciudadano, ¡tan sólo en el año 2009! Si tenemos en cuenta que la UE tiene una población de unos 500 millones de personas, nos sale la friolera de un ahorro anual de entre 100.000 y 150.000 millones de euros; eso es una cantidad de dinero equivalente al PIB de Finlandia.
Eso es mucho dinero, demasiado, incluso para contrarrestar (si nos olvidamos de las pérdidas humanas, aunque sea difícil) los beneficios económicos que conlleva la producción industrial de estos coches en Europa. Es por ello necesario orientar las normativas a fomentar modelos más eficientes, más limpios y menos dañinos para la salud y el medio ambiente.
Ayer Javier Costas nos preguntaba si la contaminación era el precio del progreso, la Unión Europea busca conseguir precisamente lo contrario, que los modelos más contaminantes queden excluidos del futuro, para así poder disfrutar de una mejor calidad del aire en nuestras ciudades.
Fuente | Reuters
Imagen de portada | Club Seat León
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