Científicos del departamento de química y del Centro de Grafeno de la Universidad de Cambridge en Reino Unido han anunciado la creación de un nuevo prototipo de batería de litio-oxígeno que resulta prometedor por solventar varios de los defectos actuales de las baterías de iones de litio, como la capacidad energética, el tamaño o su precio.
Antes de señalar como ocurre en estos casos el descubrimiento de la piedra electrofilosofal, hay que tener en cuenta que los propios padres de esta tecnología son conscientes de que requiere un desarrollo cercano a una década, como consecuencia de su pobre habilidad de carga y descarga. En cualquier caso, el gran titular de esta solución en ciernes es que apuntan a una densidad energética diez veces mayor que la de las batería de iones de litio actuales.
Del mismo modo, destacan por poseer una eficiencia del 90% y una vida útil de 2.000 ciclos en esta primera hornada. Es pronto para hablar de autonomía, pero según los científicos su hallazgo les permitiría como mínimo recorrer el trayecto que va de Edimburgo a Londres.
El secreto del prototipo se basa en la actualización de la química de la batería sustituyendo el peróxido de litio (Li2O2) por hidróxido de litio (LiOH), y con un electrodo elaborado en grafeno. De esta manera, han logrado aumentar estabilidad y eficiencia, disminuyendo la cantidad de reacciones químicas vinculadas al proceso que implican un mayor deterioro.
Una cifra esperanzadora y que se corresponde con el aumento en la eficiencia es la de su diferencia de potencial entre la carga y descarga, tan solo de 0,2 voltios, acercándose de esta manera a las baterías de iones de litio. Pese a que recuerdan que les queda mucho trabajo por delante, la motivación del equipo responsable de este desarrollo se muestra muy motivado por las grandes posibilidades de aplicación práctica de estas nuevas baterías de litio-aire.
Vía | Automotive News Europe
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