Hace unas semanas que Renault estaba en el punto de mira de la opinión pública como consecuencia de las nuevas sospechas relativas a los niveles de emisiones de sus vehículos diésel. En Motorpasión Futuro tratamos en noviembre el tema de la Renault Espace 1.6 dCi, después de que un laboratorio independiente apuntase al modelo señalando que en las pruebas realizadas el monovolumen superaba en 25 veces el límite legal de óxidos de nitrógeno (NOx).
Después de estrecharse el cerco sobre Reanult y de sufrir alguna que otra desventura bursátil, el fabricante (arropado por las autoridades francesas) ha presentado un plan para salir indemne de todo este asunto sin llegar al extremo de Volkswagen. De este modo, han anunciado la llamada a revisión de 15.800 unidades del todocamino Renault Captur, y de paso, ofrecerán una actualización de software a los conductores de unos 700.000 vehículos diésel.
Renault ha querido adelantarse a cualquier otra acusación para gestionar esta crisis. De ahí que quieran alejarse de la palabra fraude y esgrimen que esta revisión no es más que un reajuste para que los vehículos cumplan con la normativa anti-contaminación actual, ya que en muchos casos los niveles de partículas nocivas para la salud emitidos superaban la legalidad.
Claro que, no podemos olvidar que la propia "legalidad" ya es bastante permisiva a la hora de realizar sus mediciones. Por cierto que, la publicación francesa Les Echos se adelantó el sábado pasado a apuntar que el Captur, la Renault Espace y otro posible modelo superaban con creces los niveles de partículas NOx.
Y no solo eso, la misma publicación sugería algo parecido para modelos diésel de Ford y de Mercedes-Benz, en concreto el Ford C-Max y la Clase S del fabricante alemán. Como decimos, no es de extrañar que nos resulte confuso ver hasta qué punto una compañía como Renault ha infringido la normativa.
Y es que la responsabilidad de los fabricantes tiene una vía de escape gracias a un sistema de homologación NEDC que legitima los desbarajustes de emisiones y que permite que los modelos pasen en Europa el examen de la norma Euro 6. Esto parece que no se resolverá de la noche a la mañana, ya que los retrasos en la actualización del ciclo NEDC, y de futuras normativas anti-contaminación se están sucediendo. Esta misma semana se ha producido un nuevo revés político en contra de las normas anti-contaminación.
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