Cuando hablamos de automovilismo deportivo es imposible no acordarnos de ruidosos motores de combustión propulsando ligeras máquinas trazando curvas a velocidades increibles. Ese es el principio del automovilismo deportivo y aunque experiencias como la Formula E nos quieran demostrar que también podemos encontrar sensaciones deportivas en los coches eléctricos, muchos seguirán prefiriendo los modelos de combustión.
Es por ello que se ha creado la alianza entre el constructor español de deportivos IFR, el proyecto (participado también por empresas españolas) Quimera y la británica Air Fuel Synthesis (encargada de los estudios para producir gasolina del aire) para desarrollar un coche deportivo sostenible, pero sin perder la esencia que ha caracterizado a estos vehículos desde los comienzos del automovilismo, quemar gasolina.
La idea es partir de la base del IFR Aspid SS Sport, un deportivo de unos 700 kg de peso y 450 CV, sobre el cual desarrollar toda la base técnica para su utilización con la gasolina sintética, obtenida de agua y CO2, desarrollada por Air Fuel Synthesis. De esta manera se espera obtener un superdeportivo con emisiones neutrales de CO2, aunando deportividad y ecología en un mismo concepto.
Cuando os trajimos la noticia sobre la creación de la gasolina del aire ya os comentamos que a día de hoy el proceso era poco más que una quimera tecnológica, ya que de por sí se trata de una utilización poco eficiente de la energía eléctrica (si producir hidrógeno tiene inconvenientes, conseguir gasolina sale aún peor); pero a fin de cuentas podría reducir mucho el impacto en aplicaciones como esta, donde su implantación no sólo supone una reducción de emisiones, sino una prueba de tecnología en toda regla.
Los combustibles de competición no dejan de tener unos requisitos de funcionamiento superiores que los que repostamos en las gasolineras para nuestros coches, y como campo de pruebas el automovilismo deportivo somete a todas las fases de la cadena a condiciones límite; lo que supone una mejora muy rápida de la calidad de todos los procesos debido a las altas exigencias de las condiciones de utilización.
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