Peugeot acaba de lanzar de manera definitiva el Peugeot 3008 HYbrid4, un turismo híbrido diésel. Ya no se trata de poder reservarlo ni de una edición especial limitada. Ya está en la tele, en las vallas publicitarias y por supuesto en los concesionarios. De hecho hasta en Motorpasión tenemos a un experto de la marca respondiendo preguntas sobre el coche.
Hace unos días asistí a su presentación en Madrid, en la factoría de PSA de Villaverde. Sigo pensando que el Peugeot 3008 HYbrid4 es un vehículo de diseño peculiar, ya que cuando lo veo no lo identifico directamente con un todocamino y me parece una combinación más o menos intermedia entre todocamino (también llamado crossover o SUV) y monovolumen.
Entre un 3008 HYbrid4 y un 3008 convencional apenas hay diferencias estéticas, ni fuera ni dentro del coche. Exteriormente lo más notable es la diferente parilla delantera, con dos líneas horizontales cromadas, en lugar de una matriz de cuadrados.
Se incluyen luces de marca diurna LED en la parte inferior de las ópticas principales y también incorpora una pequeñas y discretas placas cuadrangulares con un “HY” que indican que es un modelo híbrido, van colocadas en las aletas y en el portón del maletero.
Puede montar llantas de entre 16 y 18 pulgadas. Las de 17” tienen un diseño exclusivo para la versión híbrida. Los protectores laterales de la carrocería en plástico negro brillante, así como parte del paragolpes delantero y del alerón posterior, de nuevo en plástico negro brillante, distinguen también al 3008 híbrido. Estos detalles son bastante discretos.
Peugeot 3008 HYbrid4, híbrido compacto
La verdad es que el Peugeot 3008 HYbrid4 es un coche bastante compacto, aunque a primera vista pueda no parecerlo. Mide 4,36 m de largo, 1,84 de ancho, 1,63 de alto y 2,61 de batalla. Pesa en vacío (con conductor) 1.735 kg. El 3008 no híbrido equiparable, el 2.0 HDi de 163 CV con cambio automático, pesa en vacío 1.538 kg.
En el interior los cambios con respecto a un Peugeot 3008 convencional son todavía más discretos. Las tapicerías son las mismas, y hay que fijarse en la palanca de cambio específica del modelo híbrido, muy pequeña y baja, y en el cuadro de instrumentos.
El cuadro de instrumentos cambia por el diseño de los relojes, que en el híbrido tienen muchas más divisiones y rayas, mientras que un 3008 convencional son más simples y minimalistas, y cambia porque el cuentavueltas se sustituye por un potenciómetro. El HUD (proyección de la velocidad sobre una placa de policarbonato por encima del cuadro) es muy útil y cómodo, pero no viene de serie en todas las versiones.
Reconozco que cada vez me parece más normal ver un potenciómetro en un coche, pero no me parecería mal que se incluyera también un pequeño cuentavueltas por lo menos para el modo de conducción Sport, para cuando uno le pisa al motor y quiere tener una referencia precisa.
Cuando el cambio de marchas es automático no importa, pero en la unidad que conduje había levas de cambio en el volante, y si uno quiere cambiar manualmente (en modo secuencial) o conoces bien de oído el motor, o no se sabe cuando toca el punto ótpimo de cambio de marcha.
Interior muy bien acabado
El interior se percibe muy bien acabado, con una notable calidad visual. El salpicadero es acolchado y suave, con una textura de cuero bien conseguida. Hay bastantes detalles cromados o en aluminio pulido que le dan un toque sofisticado, sin que me hayan parecido demasiado recargados.
Los paneles de las puertas no están acolchados, pero están forrados en ese mismo material símil de cuero, con muy buen tacto. La parte baja de las puertas es de plástico duro un poco menos logrado, a la vista no es desagradable, aunque hay alguna junta del moldeado que podía haber quedado más oculta.
Entre algunos elementos, por ejemplo el marco de la pantalla abatible del navegador GPS y el salpicadero, había una junta con separación algo elevada para los estándares actuales, aunque la piezas no se movían por holgura.
Los mandos y botones están bastante a mano. La consola central muy tendida, alargándose hacia el puente central, los deja bastante cerca del conductor. El climatizador queda un poco oculto por la palanca de cambios en las versiones del 3008 convencionales, con la pequeña palanca del híbrido eso no sucede.
El volante me resultó muy agradable al tacto, forrado en cuero, con algunas partes lisas y otras perforadas (lo cual agradezco cada día más), con la parte inferior aplanada y un toque ligeramente deportivo.
Es muy espacioso, sobre todo detrás
Los asientos me parecieron muy cómodos, con el respaldo un poco duro y buen apoyo lumbar. Los asientos delanteros sujetan lateralmente bastante bien. La altura libre al techo es generosa, y la anchura y separación entre las dos plazas delanteras hace que sera raro que se molesten conductor y acompañante. Los reposacabezas delanteros son tipo confort, de inclinación ajustable.
Yendo de acompañante me resultó un poco peculiar el suelo, ya que sube enseguida con una pendiente fuerte hacia la parte delantera, obligando a desplazar el asiento hacia atrás para poder estirar más las piernas. Con tapicería de tela hay dos posibles colores interiores, gris oscuro-negro o gris claro. Eché en falta un hueco para dejar cosas en la consola central (que no sea el que esconde el reposabrazos).
Las plazas traseras son muy espaciosas y tengo que destacarlo de manera sobresaliente. Y lo son tanto en altura y anchura, pero sobre todo en espacio longitudinal para las piernas, y también para los pies, pues no encontré problemas en estirar las piernas por debajo del asiento delantero. Recuerdo muy bien al Audi Q3 que probé en febrero, el cual también es un todocamino, y mide casi lo mismo, solo 3 cm más de largo, pero sus plazas traseras tienen menos espacio para las piernas que este Peugeot.
El suelo además es casi plano, y se puede utilizar razonablemente bien la plaza central trasera, aunque no exista como tal como en otros monovolúmenes con los que se puede comparar. En la prueba fuí durante un rato detrás y la verdad es que iba muy cómodo.
El maletero es razonable, pero es el segundo elemento que sufre con la hibridación (recordemos que el primero es el peso del vehículo). Si el maletero de un Peugeot 3008 convencional tiene un volumen de 512 litros, el del 3008 híbrido tiene que conformarse con 420 l.
Y de esos 420 litros, 60 corresponden a un doble fondo que hay debajo del suelo del mismo, bajo una tapa que se puede retirar. Este hueco no está tapizado, y si se retira la tapa el maletero ya no queda plano. Esto es así porque las baterías van debajo del suelo del maletero justo detrás de los asientos traseros.
El portón del maletero se abre en dos partes, la superior, con la luna trasera, se abre como cualquier otro portón, la inferior, solo chapa, se abate dejando una superficie plana enrasada y continua con el suelo del maletero (si nos olvidamos del hueco que os he explicado antes).
Los respaldos de los asientos posteriores son abatibles en dos partes asimétricas, no quedan totalmente horizontales pero se acercan bastante y se consigue una superfice bastante plana y continua con el suelo del maletero. Detrás del reposabrazos central hay una pequeña tapa abatible para pasar objetos largos como por ejemplo unos esquíes.
El asiento delantero derecho se puede pedir opcionalmente abatible, de modo que se puede utilizar como mesa o bien permitir llevar objetos largos desde el maletero hasta el salpicadero.
Continuará...
ACTUALIZACIÓN: Ya está publicada la segunda parte de este artículo | Peugeot 3008 HYbrid4, presentación y prueba en Madrid (parte 2).
En Motorpasión Respuestas | Pregunta a Vincent Lehoucq, Brand Manager de Peugeot, sobre el Peugeot 3008 HYbrid4