Habíamos quedado en que el Nissan Leaf rebajado a lo más básico iba a tener un precio final, al menos en Reino Unido, de unos 26.200 euros con ayudas incluidas, y aún se nos antojaba algo caro, sobre todo si lo comparábamos con el Renault Zoe pese al alquiler de las baterías de este último.
¿Y si nos hicieran pagar 51.200 AUD por un Nissan Leaf? ¿Que qué es un AUD? Un dólar australiano, que a golpe de Google se traduce en 0,8033 euros. Total, lo que pone en el título. Pagar 41.127 euros por un Leaf en alguno de los sólo 14 distribuidores que hay en todo aquel enorme país. ¿Que por qué es tan caro? En parte, porque desde el Gobierno no se incentiva la compra de eléctricos, sino más bien al contrario.
A partir del 1 de julio, los australianos pagarán un impuesto adicional de un 10 % sobre la electricidad que consumen, en un país donde el aire acondicionado va que vuela. Y los precios de los eléctricos van en consonancia. El del Leaf no es más que un ejemplo. Los Chevrolet Volt y Renault Fluence Z.E. que llegarán pronto al país de los canguros se venderán entre un 20 y un 40 % más caros que en casa. Claro que hay un problema asociado a la logística, pero no es el único. Oceanía tardará mucho más aún que Europa o América en ir cambiando el chip hacia la movilidad del futuro.
Vía | Green Car Reports
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