Finalmente los puntos de recarga eléctricos vuelve a Madrid con fuerza. Las administraciones públicas de la capital firmaron hace ya unos meses un contrato con IBIL y GIC para que estas dos empresas se encargasen de la gestión y el mantenimiento de los puntos de recarga de Madrid, que llevaban algún tiempo abandonados al acabar el contrato con la empresa que los mantenía anteriormente.
Estamos en septiembre y comienza un nuevo "curso". Ambas empresas ya tienen todo listo para comenzar a prestar servicio a los vehículos eléctricos que lo necesiten, aunque eso sí, como nos comenta mi compañero Ibañez en un artículo muy completo que os recomiendo leer, parece que los precios para recargar el coche en las calles de la capital no son para nada baratos.
IBIL tiene 12 puntos de recarga para vehículos eléctricos esparcidos por las calles de Madrid. Nueve puntos son para la recarga de coches mientras que los tres puntos restantes (con cuatro enchufes cada uno) son para cargar motos y cuadriciclos eléctricos (como el Renault Twizy).
Los puntos para la recarga de coches cuentan con un conector de tipo 2 (Mennekes) para recarga en Modo 3 mientras que los puntos de recarga para motocicletas y cuadriciclos cuentan con un conector Schuko (el enchufe tradicional que se encuentra en todas las casas) que permite recargas en Modo 1 y 2.
La idea de IBIL es ir mejorando los puntos ya existentes con mayores potencias de recarga y transformando algunos a recarga rápida a medida que el parque de coches eléctricos vaya aumentando en los próximos años.
Por su parte GIC también ha abierto otros 12 puntos de recarga por las calles de Madrid y una interesante novedad es que las tarjetas de los gestores de recarga serán interoperables. Es decir: con la tarjeta de IBIL también se podrá recargar en los puntos de GIC y viceversa.
A ver qué resultado da esta nueva infraestructura y el papel que desempeñará en la movilidad eléctrica presente y futura. El problema como ya os he mencionado es el alto precio que cobran por ofrecer el servicio, aunque si planteamos esto como un negocio (a fin de cuentas IBIL y GIC son empresas) está claro que su objetivo final es ganar dinero.
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