Aunque quedan varias décadas para que los vehículos eléctricos desbanquen a los alimentados por combustibles fósiles, los países productores de petróleo comienzan a poner en marcha sus planes para el desarrollo de tecnologías que les permita mantenerse dentro del negocio en un futuro libre de petróleo.
Aprovechando una mínima parte de sus incalculables recursos económicos, fruto de nuestra enfermiza dependencia, los Emiratos Árabes Unidos mediante la empresa Eternity Technologies, ha levantado una instalación dedicada a la fabricación y la investigación en el sector de las baterías para un variado tipo de uso, entre los que se incluyen los coches eléctricos, en una operación que ha supuesto una inversión de 54,6 millones de dólares.
La capacidad de producción inicial será de un millón de celdas de 2 voltios de las cuales el 85% serán destinadas a la exportación a lugares como los Estados Unidos, Asia y Europa. Pero sin duda lo que llama nuestra atención de esta noticia es que uno de los mayores productores de petróleo haya decidido afrontar esta pequeña, pero cargada de simbolismo, inversión en un momento clave del futuro de la automoción.
No es la primera iniciativa de esta índole llevada a cabo por un productor de petróleo ya que el año pasado la República Islámica de Irán presentó el Iev, un Opel Tigra convertido y, según sus creadores, capaz de recorrer hasta 300 kilómetros con cada carga de sus baterías de litio. Parece que aunque de forma tímida, las economías dependientes de la venta del oro negro, comienzan a verle las orejas al lobo.
Fuente | Wall Street Online
Fotografía | Flickr
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