La ciudad de Londres es una de las que más trabas ponen a la circulación de vehículos de combustión por el centro de la ciudad e intenta por todos los medios potenciar tanto el uso de los transportes públicos como la adopción de los vehículos eléctricos en todos los sectores públicos y privados.
El Gobierno Británico recientemente ha otorgado una ayuda de 10 millones de libras para el estudio y desarrollo de mejores baterías. Solamente en Londres se han invertido 9,3 millones de libras para la instalación de más de 1.400 puntos de recarga, que permanecen la mayor parte del tiempo sin utilizar, y hace poco se han destinado otros 10 millones al desarrollo de vehículos sin conductor.
Ante todo esto, no es de extrañar que los miembros del gabinete de David Cameron estén preocupados por la lentitud con la que avanza la implantación de los vehículos eléctricos y están dispuestos a dar ejemplo a los ciudadanos mediante el cambio de sus tradicionales limusinas por vehículos eléctricos.
Piensan que la mejor forma de convencer a las empresas, y a los propios ciudadanos, de las bondades de la movilidad eléctrica es demostrándolo ellos mismos, trasladándose a los actos oficiales en vehículos eléctricos totalmente limpios.
El Ministro de Hacienda, Danny Alexander, ya es un entusiasta de los vehículos eléctricos, de hecho ya ha probado el Tesla Model S, aunque no se espera que sea este el modelo que adopten, sino más bien una conversión de las tradicionales limusinas a eléctricas, que bien podría empezar a ser efectuada a partir de la primavera y demostrar así que este tipo de vehículos pueden soportar una vida de trabajo normal, sin quedarse sin energía por el camino.
Fuente | London Evening Standard En Motorpasión Futuro | Presentación del nuevo taxi eléctrico de Londres