Después del desastre provocado por el terremoto y posterior tsunami que arrasó parte de la costa japonesa, la falta de combustibles y la interrupción de las comunicaciones por carretera provocó que miles de personas se quedaran sin posibilidades de movilidad y en muchos casos sin electricidad.
Recordamos que durante este dramático periodo, los fabricantes Mitsubishi y Nissan, enviaron una flota de eléctricos que cambiaron para siempre la idea que los japoneses tenían de estos, ya que además de proporcionar una solución tanto a los particulares como a los equipos médicos y de rescate, revelaron otra de sus capacidades, como es la de proporcionar electricidad a las viviendas.
Por supuesto, los japoneses son conscientes de las limitaciones de las primeras versiones de estos, y con la paralización de la central de Fukushima, se han visto en la obligación de recurrir de nuevo a ccentrales térmicas alimentadas por carbón, lo que supone un aumento de las emisiones contaminantes, algo para lo que el gobierno japonés deberá invertir grandes sumas de dinero en reducir su dependencia de la energía nuclear en favor de fuentes más limpias, pero también más costosas, como las renovables.
Pero lo más importante es que los nipones han descubierto todos los beneficios que un parque móvil de coches impulsados por electricidad puede traer a nuestra sociedad, aunque han tenido que aprenderlo por las malas.
Vía | The Wall Street Journal En Motorpasión Futuro | El Mitsubishi Miev arrima el hombro en Fukushima