Las cifras chinas del mundo de las dos ruedas eléctricas son apabullantes. En el país oriental hay entre 2.700 y 3.000 fabricantes de este tipo de vehículos, unas ocho millones de ventas y unas cifras que sitúan en China el 81% del mercado global de scooters y motos eléctricas. No es de extrañar que con semejante número de usuarios el sistema haya decidido iniciar una regulación más exhaustiva.
Digo exhaustiva porque hasta la fecha una bicicleta eléctrica es aquella que tiene pedales, no supera los 20 km/h y pese menos de 40 kg. El ingenio ha llevado incluso a aprovechar ese vacío legal con la construcción de bicicletas con aspecto de scooter, y todos sabemos lo que puede durar esa limitación de velocidad en manos expertas.
Este tipo de vehículos, auténticas joyas para aquellos que no pueden permitirse un medio de transporte más caro y costoso, pero sobre todo para los que se tienen que pasear por el mítico caos de las carreteras de la zona, a partir de ahora empezarán a ganar regulaciones en torno a la licencia de los fabricantes, la reducción del uso de baterías de plomo-ácido y una revisión de las categorías de los vehículos eléctricos de dos ruedas. Como mínimo quedará bien claro que esa Vespino con pedales no es ninguna bicicleta eléctrica.
Vía | Navigant Research