Definitivamente, una norma, que tenía que haber entrado en vigor ya hace un tiempo en los Estados Unidos de América, lo hará en mayo del año 2018. Los reguladores del Departamento de Seguridad del Transporte, la Administración Nacional de Seguridad en las Carreteras (NHTSA), harán obligatoria la instalación y el uso de cámaras de visión trasera en todos los vehículos nuevos a partir de esa fecha cuyo peso sea inferior a los 4.500 kg.
La NHTSA afirma que la instalación obligatoria de este tipo de cámaras tiene como objetivo evitar que los automovilistas golpeen a los peatones al realizar maniobras de marcha atrás. Anualmente, tan solo en los Estados Unidos, 210 personas fallecen y otras 15.000 resultan heridas como consecuencia de atropellos circulando marcha atrás. La NHTSA calcula que al menos 69 de esas víctimas podrían salvarse con la instalación de este tipo de cámaras.
La instalación de una cámara de visión trasera tan solo cuesta al fabricante de vehículos 45 dólares, 32 euros, extras si el vehículo ya viene equipado con una pantalla LCD adecuada, cantidad que se vería elevada hasta los 142 dólares, 103 euros, para los vehículos no preparados. A cambio de esa cantidad el conductor dispondría de una amplia zona de visión trasera de tres por seis metros, y lo más importante, la posibilidad de salvar una vida evitando un atropello.
A pesar del tiempo que queda todavía hasta que entre en vigor la norma de instalar las cámaras de visión trasera, la NHTSA calcula que para esa fecha más del 70% de los vehículos de menos de 4.500 kg, sean coches, camiones o furgonetas, ya estarán equipados con este tipo de cámaras.
Vía | Usa Today En Motorpasión Futuro | Asientos traseros "transparentes" para hacer más seguras las maniobras de aparcamiento