Estados unidos no se libra de la situación actual energética que clama a gritos austeridad. Allí también están deseando que el trasporte alternativo empiece a coger mucha más relevancia de la que tiene en la actualidad porque como bien sabemos al petróleo le augura un futuro bastante negro.
Es por eso que la administración Obama va a darle un nuevo arreón a este tipo de tecnologías aumentando la cuantía y el plazo de las subvenciones y bonificaciones a la compra de coches alternativos. En concreto, si hasta ahora se estaban entregando hasta 7.500 dólares por la compra de un vehículo alternativo, ahora la cantidad sube hasta los 10.000 dólares máximo.
De momento, de aprobarse estas ayudas estrán vigentes hasta 2016 momento en el cual se supone que la tecnología ya estará lo suficientemente rorada como para valerse por si sola e irán bajando de cuantía progresivamente hasta desaparecer para 2020.
Un detalle que cambia y que a mi parecer es algo positivo y de lo que deberíamos tomar ejemplo en nuestro país es que las ayudas ahora solo podrán ser solicitadas por las empresas o entidades que se dediquen a comercializar los coches, impidiendo así que lo pueda hacer el propio comprador.
De esta manera, los concesionarios venderían los coches con los precios ya rebajados gracias a las subvenciones. Creo que es algo positivo y a tener en cuenta ya que así el cliente tiene que soportar menos burocracia y todo el proceso se hace de una forma más trasparente para la administración, a mi juicio.
Estamos hablando de coches alternativos. ¿Que son? ¿eléctricos? ¿híbridos? En Estados Unidos no quieren cerrarse puertas con esto y consideran alternativo a todo aquello que no funcione con la tradicional gasolina o diésel. Por lo tanto de esta ayuda pueden beneficiarse coches a gas, eléctricos, híbridos, híbridos enchufables... que sea el mercado el que decida que tecnología alternativa se impone sobre el resto lo cual a priori parece una buena idea.
Pero bueno, volvemos a lo de siempre. Los coches alternativos no son tan apetecibles para el consumidor como los convencionales y de ahí que la gente necesite incentivos para comprarlos. El problema es que la coyuntura económica actual no es la mejor y cuesta ofrecer este tipo de subsidios. Recordemos que Estados Unidos casi se declaró en suspensión de pagos este verano.
Quizá sería más beneficioso para el desarrollo de tecnologías alternativas el destinar toda esa partida del presupuesto a I+D en vez de a subvencionar Nissan Leafs pero posiblemente el contribuyente esto último no lo viese con tan buenos ojos.
Seguramente ,en vez de subvenciones y ayudas, el mejor estímulo que pueda experimentar la movilidad alternativa sea ver el combustible a precios récord semana tras semana. Así seguro que si que se empiezan a vender más coches eléctricos híbridos o a gas. ¿Vosotros que pensáis? ¿Las subvenciones son el camino a seguir o son un mero parche para mantener contentos a los fabricantes?
Vía | The New York Times