Desde que se destapase el escándalo de Volkswagen, algunas actitudes han cambiado en los órganos de la Unión Europea con respecto a la industria de la automoción, con poca eficacia, todo hay que decirlo. La batería de nuevas reformas que impidan que algo así vuelva a repetirse parece que avanza muy despacio.
Entre estas, la mayoría de países que integran la Unión han sacado adelante un nuevo borrador que precisamente busca evitar esas situaciones en las que los fabricantes se aprovechan de un marco legal imperfecto o directamente introducen sistemas fraudulentos para burlar los controles. De lo que poco que se ha sabido del nuevo texto, es que incluiría una multa de 30.000 euros por vehículo para aquellos fabricantes que traten de engañar al sistema.
Decimos que la mayoría de países porque, pese a que el texto ha salido adelante, Alemania se ha mostrado más que reticente a prestar su apoyo, y en general, a delegar más fórmulas de control de la industria a las autoridades comunitarias.
La normativa está lejos de ser oficial. Para que sea una realidad, todavía tiene que pasar varios filtros legislativos. El próximo será con los Ministros de Economía de la Unión Europea, para después llegar al Parlamento y a la Comisión.
Muchos dentro de la UE ven como un fracaso el tratamiento que se le ha dado al caso de Volkswagen, en contraste por ejemplo con Estados Unidos. De ahí que dentro de la propia Unión se estén buscando nuevas fórmulas, como atacar directamente por la vía legal a algunos países como Alemania o Reino Unido que no han querido perseguir las últimas prácticas fraudulentas.
Vía | Automotive News Europe
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