La posible bajada del precio del petróleo en Estados Unidos no ayudará a la popularización y desarrollo del coche eléctrico, ni tampoco al coche híbrido. Hay un hecho bastante dominante, aunque nos duela reconocerlo: nos movemos, en general, motivados por lo económico. Siempre hay excepciones, claro, pero la mayoría de la gente cambia sus costumbres o piensa en alternativas, cuando algo que ha estado haciendo durante mucho tiempo, y que necesita o quiere seguir haciendo, se vuelve cada vez más caro.
Hay personas que adoptan coches híbridos o coches eléctricos por su concienciación por una mayor eficiencia, por un uso más responsable de la energía, por reducir la dependencia del petróleo y por contaminar menos. Sin embargo lo que más ha movido en los últimos años las ventas de coches híbridos y eléctricos es que cada vez cuesta más repostar gasolina y la gente busca coches que gasten menos.
Estados Unidos es un gran mercado de vital importancia
Estados Unidos es un gran mercado, no solo por los más de 300 millones de potenciales consumidores, sino también por su elevado poder adquisitivo. Para que nos hagamos una idea, y aunque solo sea un dato medio estadístico, mientras en España el PIB per cápita es de unos 30.000 dólares anuales (aproximadamente 22.000 euros al cambio actual), en EE.UU. es de 42.000 dólares (aproximadamente 31.000 euros).
Así que Estados Unidos no solo puede consumir, y de hecho consume mucho, sino que también marca tendencias. Fijémonos en el coche híbrido Toyota Prius, mientras en España en 2012 se vendieron casi 4.000 unidades (37 millones de población), en Estados Unidos se han vendido casi 237.000 (309 millones de población). Y lo mismo podemos decir de los coches eléctricos, en 2012 se vendieron en España 154 unidades de Nissan LEAF y 47 unidades de Chevrolet Volt/Opel Ampera y en Estados Unidos se vendieron casi 10.000 y casi 23.500 respectivamente.
Y no debemos olvidar que con la gran inversión en investigación y desarrollo que supone un nuevo modelo y tecnología de automóvil, los fabricantes necesitan vender muchas unidades para seguir adelante y no abandonar el proyecto. Es fácil de entender: si no se vende lo suficiente no resulta rentable, y si no resulta rentable mejor dedicarse a otra cosa.
Estados Unidos puede convertirse en 2017 en el primer productor mundial de petróleo
Los precios de la gasolina en los Estados Unidos se han moderado. Mientras a mediados de 2011 se superaban los 4,25 dólares el galón en la gasolina regular (la más económica), hace quince días pude repostar a unos 3,20 dólares el galón. Pero charlando con norteamericanos me enteré de que están bastante convencidos de que los precios todavía van a bajar más.
Y razones no les faltan. Un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE para nosotros, IEA internacionalmente) de finales de 2012 indica que Estados Unidos puede convertirse en el 2017 en el primer productor mundial de petróleo, superando incluso a Arabía Saudí. ¿Cómo lo hará? Extrayendo más petróleo y explotando yacimientos que por ahora se guardaba por ser más costosos de extraer, por el impacto ambiental que podrían causar, o simplemente por conservar reservas estratégicas.
Como consecuencia de la mayor producción de petróleo propia, EE.UU. importaría cada vez menos petróleo de fuera. Tanto como para que la propia AIE estime que en el año 2030 Estados Unidos podría ser autosuficiente y convertirse en exportador neto.
Además esto se suma a otro aspecto más, también hablando de energía. EE.UU. dispone de gas natural de explotaciones no convencionales (por ejemplo gas de pizarra), y también se convertiría en el principal productor de gas natural en 2015, superando a Rusia. La intención de Estados Unidos es que este gas le ayude a reducir gasto de petróleo, en calefacciones y también en automoción, con coches con motor de gasolina adaptados para utilizar gas.
Durante un tiempo la gasolina sería más barata
Es difícil de cuantificar con exactitud, pero es probable que durante un tiempo la gasolina sea más barata, ¿cuánto de barata? Pues quizás, y con suerte, haya margen para que baje un dólar o dólar y medio más el galón. Eso significaría que habría gasolina por 2 o 2,25 dólares el galón, esto al cambio y pensando en litros equivaldría a unos 44 céntimos el litro de gasolina (vamos, casi regalada).
Y con gasolina tan barata la motivación de los conductores por cambiar de coche a uno que gaste menos, o de buscar el más eficiente cuando toque comprar uno, por ejemplo un híbrido o un eléctrico, será mucho menor, ya que la a priori mayor inversión inicial, por tener un precio de compra más alto, costará mucho más en amortizarse.
Y si los consumidores demandan menos un producto, los fabricantes tampoco estarán tan motivados a desarrollar y mejorar ese producto, y se dedicarán a otros más baratos, y que les aporten más rentabilidad, aunque sea a corto plazo. Y además como Estados Unidos es un mercado muy importante, con mucho peso y que marca tendencia, el efecto se notará mucho más. Ese es el riesgo: se puede ralentizar la inversión y el avance en las nuevas tecnologías híbridas y eléctricas.
No sería sensato olvidarnos de pensar cuánto tiempo seguirán los precios bajos en el petróleo y en la gasolina: no será mucho, unos años, quizás un lustro (no creo que sea mucho más). No deberíamos descartar, en un mundo globalizado, que al bajar los precios del petróleo en Estados Unidos pudieran bajar también algo en Europa, y también la gasolina.
Lo que sucede es que si bien EE.UU. puede producir más petróleo y durante un tiempo puede parecer que hay más oferta que demanda, no lo puede hacer permanentemente, y la población mundial no va a dejar de crecer, por lo que tampoco va a dejar de crecer el consumo de petróleo a nivel mundial, sobre todo de los países en crecimiento como China (casi 1.350 millones de población), India (casi 1.250 millones de población), Rusia (142 millones) y Brasil (197 millones).
Y el hecho es que en este planeta finito, de recursos finitos, nuestra capacidad de aumentar la producción de petróleo es limitada, eso por no decir que llegará un momento en el que irá cayendo, y la propia Agencia Internacional de la Energía ya avisa de que para el año 2035 la demanda de crudo será todavía mayor (en torno a un 10% más como poco).
¿Qué sucederá entonces? Pues que durante los años de precios de gasolina bajos, de ilusión de que no hay problemas, y de baja demanda de vehículos que gasten menos, las tecnologías híbrida y eléctrica se pueden quedar congeladas. El arranque e inversión que hemos realizado en estos años previos se puede ver abandonado, dejado "en pausa", y cuando vuelvan a subir los precios del petróleo, que lo harán irremediablemente más tarde o más temprano, nos pueden pillar insuficientemente preparados. Es decir, con suerte se pospondrá un poco el problema de fondo, pero seguirá estando ahí y terminará por llegar.
Veremos qué sucede al final. Más allá de cuestiones puramente económicas, no debemos dejar de pensar a más largo plazo y prepararnos para la realidad que se avecina: cada vez más demanda de energía, cada vez menos capacidad de aumentar la producción o incluso disminución de la misma (la propia AIE ya reconoció que ya hemos llegado al cénit del petróleo) y por tanto un precio de la energía cada vez más alto. De ahí que algunos insistamos tanto en utilizar automóviles lo más eficientes posibles e intentar ir abandonando el petróleo como única energía para el transporte, pensando y desarrollando todas las otras alternativas a nuestro alcance.
Más información | Expansión En Motorpasión Futuro | Hablemos de eficiencia: coche de combustión vs coche eléctrico