La Unión Europea sigue adelante con sus objetivos de reducciones de emisiones en la industria del automóvil. Recientemente se han presentado los objetivos que el transporte debe cumplir para el año 2020, en el cual se espera que el nivel medio de emisiones del parque automovilístico nuevo en Europa sea de 95 gramos de dióxido de carbono por kilómetro en vehículos de turismo y 147 g/km de CO2 en comerciales ligeros.
Actualmente, las emisiones medias de los vehículos nuevos vendidos en la UE se encuentran en 135,7 g/km en turismos y 181,4 en comerciales ligeros. Mediante el cumplimiento de estas medidas las emisiones de CO2, y por tanto los consumos, se han de reducir en un 30% con respecto a los valores actuales en turismos y un 19% para los vehículos comerciales.
Mediante estas reducciones de emisiones, un conductor europeo ahorrará alrededor de 3.000 euros en combustible durante la vida útil de su vehículo (13 años) según las estimaciones de la UE en comparación con el objetivo de 2015 (130 g/km para turismos y 175 g/km de CO2 para los comerciales ligeros).
Estos objetivos de emisiones no sólo reducen el consumo de combustible; debido a la inversión necesaria para llevar a cabo estas reducciones, la inversión de las compañías automovilísticas en I+D se verá aumentada, a la vez que el empleo derivado debido a la localización en Europa de estas normativas.
Si los fabricantes europeos toman el liderazgo en cuanto a reducciones de emisiones se trata, eso les permitirá competir con ventaja en otros mercados donde la normativa no es tan exigente, excluyendo de facto del mercado europeo a los modelos de aquellos fabricantes que no puedan competir. Vamos, que estas normas de emisiones más estrictas acaban funcionando como aranceles imaginarios.
Con esta medida, se pretende ahorrar casi 30.000 millones de euros en combustible, y se pretende que incremente el Producto Interior Bruto (PIB) de la Unión en 12.000 millones anuales. Además, al ser la industria automovilística un sector con alta demanda de mano de obra, se crearán puestos de trabajo por valor de 9.000 millones de euros.
Todo esto con un ahorro de importaciones hasta 2030 de 160 millones de toneladas de petróleo, que a precios actuales supondrá un ahorro de 70.000 millones de euros y 420 millones de toneladas de CO2 menos a la atmósfera; con la consiguiente reducción de otros gases contaminantes asociada.
Fuente | Comisión Europea
Imagen | Flickr (I)
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