Karma, la compañía renacida de las cenizas de Fisker, gracias al capital chino de Wanxiang, lleva dos años planeando su vuelta al mercado de los coches eléctricos, buscando reformular el proyecto que llevó a la bancarrota a sus anteriores propietarios.
Pasado ese tiempo, comienzan a aflorar las primeras noticias sobre la vuelta al mercado del Fisker Karma bajo el nombre de Fisker Revero. De momento, sabemos que la berlina eléctrica con extensor de autonomía volverá a un precio que rondará los 100.000 dólares (unos 90.000 euros) busca de asaltar la franja premium. Para ello, Karma ha diseñado un plan inspirado en la labor de distribución de Tesla Motors.
Sin llegar a abandonar los concesionarios tradicionales en Estados Unidos, sí que piensan seleccionar muy bien sus puntos de ventas para dirigirse a aquellos con mayor experiencia y que venden modelos de Rolls-Royce, Lamborghini o McLaren. Sin el ánimo de enfrentarse como Tesla a los concesionarios, lo que sí van a sembrar a lo largo de Estados Unidos es una serie de lo que llaman brand experience centers para ayudar a sus posibles compradores a acercarse a la movilidad eléctrica.
La estrategia de Karma dirigida Wanxiang no deja de ser ambiciosa, y como todo lo que rodea a la movilidad alternativa, arriesgada. De inicio, pretenden producir y dar salida a 3.000 unidades del Revero que saldrán de su fábrica al Sur de California, en Moreno Valley, dejando atrás sus orígenes industriales finlandeses.
Sin embargo, el fabricante planea ya de forma oficial abrir una planta de producción de coches eléctricos en China, a una escala mucho mayor. Así lo ha hecho público Wanxiang, que ubicaría la fábrica en la ciudad de Hangzhou. El proyecto tiene un coste de 335 millones de euros, y le permitirá alardear a Karma-Wanxiang de una producción de 50.000 unidades eléctricas al año.
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