Hace escasos días el gobierno de Japón le ha dado un empujoncito a la tecnología de hidrógeno para automoción. En el país del sol naciente el hidrógeno tenía un problema con las Leyes y es que básicamente no se podían construir estaciones de servicio de este gas salvo en zonas muy concretas. Lo cierto es que el hidrógeno al ser un gas muy inflamable puede entrañar peligro si no es bien manipulado.
En España hasta hace no mucho ocurría algo semejante con los coches de GLP que no podían aparcar en algunos parking subterráneos. Volviendo al tema, el gobierno japonés ha tomado cartas en el asunto y ahora ya se pueden construir hidrogeneras en todo el territorio, pero no acaba ahí la cosa.
Además de la nueva ley van a dar subsidios para la implantación de nuevas estaciones de servicio que puedan servir hidrógeno y es que la infraestructura necesaria para manipular este gas es bastante más costosa que la utilizada con los tradicionales hidrocarburos en fase líquida.
El objetivo es tener 100 hidrogeneras repartidas por el país para 2015 que siendo como es de grande Japón a priori me da la impresión de que no va a haber muchos problemas con el suministro. La medida ha sido seguida y apoyada por unos cuantos fabricantes de automóviles e industrias relacionadas con el mundo del petróleo.
Lo cierto es que como bien sabemos en este mundillo hay muchos intereses en juego, y mucha gente que no quiere perder su negocio. Pero bueno, me estoy desviando del tema de hoy. Veremos que tal buena es la acogida del mercado hacia los coches de hidrógeno dentro de unos años cuando estos se pongan “definitivamente” a la venta.
De momento Japón parece decidida a tener la infraestructura de soporte necesaria para que cuando estos lleguen no les falte de nada. En el resto de países las cosas no van tan avanzadas pero es que ¿Quién se va a gastar el dinero en algo con lo que de momento no va a poder hacer negocio?